Pero ni un paso atrás, ni siquiera para tomar impulso frente a quienes tratan de criminalizar el activismo pacífico,  no violento. Greenpeace lleva décadas señalando con el dedo mediante protestas no violentas a quienes con sus desmanes o pasividad están degradando el medio ambiente. Una vez más se trata de censurar y amedrentar al mensajero y no a los auténticos responsables de la pérdida del estado del bienestar social y ambiental.

Sr. Ministro del Interior, no se pueden poner puertas al campo. En un estado democrático, la ciudadanía tiene todo el derecho del mundo a  realizar propuestas, plantear alternativas y protestar de forma pacífica, porque forma parte inviolable del ejercicio democrático, consagrado en la Constitución. La democracia transciende a las paredes de los parlamentos y a las sedes de los gobiernos. Y este hecho parece que no lo tiene bien asimilado. Quizá no es consciente de la inutilidad y posible inconstitucionalidad de la medida que dice va a poner en marcha.

La  propuesta del Ministro del Interior forma parte de esa dinámica en la que ha entrado el Gobierno en la que cada día sus ministros compiten por ser los primeros en decir la barbaridad del día. Generando alarma social e indignación.

Habrá que recordar también que el derecho de reunión, como ha reiterado el Tribunal Constitucional, es una manifestación colectiva de la libertad de expresión ejercitada a través de una asociación transitoria de personas para la exposición de ideas, la defensa de intereses, la publicidad de problemas, las reivindicaciones, y que dicho Tribunal ha señalado que este derecho es el cauce del principio democrático participativo, así como que este cauce es para muchos grupos sociales, en la práctica, uno de los pocos medios de que disponen para poder expresar públicamente sus ideas y sus reivindicaciones.

Pretender, de la noche a la mañana, establecer la censura previa, porque indudablemente habrá que tener algún censor que vigile esos mensajes por Internet y que controle el contenido de los mismos, nos sitúa en tiempos pasados...

Todo esto parece habérseles olvidado de un plumazo a nuestros dirigentes y que organizaciones que tienen la paz como lema, como Greenpeace, vienen practicándolo desde hace muchos años con la consideración y aprecio de la ciudadanía y con la comprensión de los Tribunales de Justicia en muchos casos.

Los activistas de Greenpeace vamos a seguir protestando de forma no violenta para frenar el deterioro de la naturaleza. Para señalar a los responsables que por acción u omisión están convirtiendo el planeta en un basurero estéril y recalentado. Actuamos en aras del interés general porque lo que está en juego es nuestro futuro y el de las siguiente generaciones.

Siempre hemos asumido las consecuencias de nuestras acciones y nunca hemos eludido la acción de los tribunales. Lo hacemos de igual manera en países democráticos y en otros que no lo son. Y no nos van a parar endureciendo el código penal.

Mario Rodríguez (@mario_rod_var), director ejecutivo de Greenpeace España