Como cada mañana, Lucía se levanta para ir a trabajar. Hoy, mientras desayuna, ha puesto la televisión. Las noticias le cuentan que el grupo de expertos de Naciones Unidas acaba de presentar su último informe sobre los impactos del cambio climático, mientras emiten impactantes imágenes de sequías, inundaciones, huracanes, hambre y campos enteros de cultivos echados a perder.
Típica imagen de terrazas de arrozales en Filipinas. © Greenpeace / John Novis
Las imágenes se han quedado atrapadas en su mente y hoy ha empezado a pensar y a darse cuenta de la gravedad del cambio climático. “Cualquier persona que crea que el cambio climático es algo que sucede muy lejos, se está perdiendo algo. Los científicos más destacados del mundo nos han recordado que el cambio climático es una amenaza creciente para la seguridad de las personas en todo el mundo.”
Lucía siempre había sido consciente del problema del aumento de las temperaturas, sabía que no podíamos continuar quemando petróleo, gas y carbón y sobrecargando nuestra atmósfera de carbono, sabía que los glaciares se derriten, que los océanos se calientan y que el nivel del mar aumenta, pero hasta hoy... no había sido tan consciente de cómo afecta esto a nuestros modos de vida, a nuestras culturas, a nuestra integridad y a nuestra seguridad.
Ahora sabe que el cambio climático es una creciente amenaza para la seguridad humana, pues perjudica el acceso a los alimentos, al agua y al refugio, destruye pertenencias, aumenta la migración forzada y la rivalidad que puede derivar indirectamente en conflictos violentos.
Mujeres trabajando en los arrozales en Filipinas. © Greenpeace / John Novis
Y es que el cambio climático no tiene fronteras. A todos nos afectan las pérdidas de cultivos, los grandes temporales, los cambios en la distribución de la pesca y las pérdidas del coral. En España ya se siente la inseguridad por vivir en zonas costeras y Lucía entiende que hasta lo que sucede en el Ártico, tiene impactos en todas partes.
Por eso, Lucía hoy se ha dado cuenta de la importancia de que todos los gobiernos se unan y trabajen en coalición para hacer frente al cambio climático. Caminar juntos para llegar a cero emisiones, para evitar conflictos violentos y reducir los factores de estrés social y ambiental por un modelo ético y justo.
Tatiana Nuño (@t_nunho), responsable de la campaña de Cambio climático y energía de Greenpeace
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