En la actualidad nuestro sistema energético depende masivamente de la importación de combustibles fósiles y nucleares. Somos muy dependientes del exterior y,  para reducir esa dependencia merece la pena apostar decididamente por las fuentes renovables de energía. Si conseguimos aprovecharlo de manera eficiente, el sol de España puede convertirse en nuestra fuente de energía más importante. Desgraciadamente, en la medida en que se van convirtiendo en un alternativa real y eficaz las energías renovables se encuentran cada vez con más obstáculos para su desarrollo. Ocurrió con la eólica, y ahora le toca el turno a la energía solar fotovoltaica.

El Ministerio de Industria ha preparado un Decreto que, de aprobarse, limitaría las nuevas instalaciones fotovotaicas a 300 Mw anuales. No se podría instalar cada año un apotencia superior a esos 300 Mw. La razón que se esgrime desde el Ministerio de Industria para tratar de frenar su desarrollo es el coste excesivo en las tarifas que pagan los consumidores por el apoyo a esta energía. Sin embargo, hay alternativas para mantener el desarrrollo de la energía solar y reducir sus costes. Entre ellas, por ejemplo,  controlar el gasto con revisiones periódicas de la tarifa de venta de cada kWh producido con energía solar fotovoltaica, incluso con un horizonte de eliminación de la prima. La propia industria de la energía solar considera que antes del año 2015 la fotovoltaica será rentable sin ayudas.

Las energías renovables constituyen en su conjunto la única alternativa real y global al actual modelo energético basado fundamentalmente en la quema de combustibles fósiles. Por ello, cualquier decisión tomada hoy que obstaculice o limite su potencial puede tener consecuencias graves en muchos campos. En el caso de España debe ser suficiente recordar que somos el país que más incumple el Protocolo de Kioto, que trata de frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. No parece lo más adecuado poner limites precisamente a la energía solar, y no a otras formas de producción de energía mucho más contaminantes.

Según datos de la industria, a final del año tendremos en España 1.800 Mw de solarfotovoltaica instalados. Una cifra cuatro veces superior a lo planificado en elPlan de Energias Renovables. Con buenas políticas de apoyo pueden llegar fácilmente a los 20.000 Mw en 2.020, lo cual equivale en potencia instalada a veinte centrales nucleares.  Para ello habría que instalar más de 1.000 Mw al año.

Además de reducir la dependencia exterior, otras ventajas inherentes a esta tecnología son la creación de empleo, la generación de actividad industrial, la capacidad de exportación de tecnología española, la generación distribuida y eficiente de electricidad, la contribución al desarrollo sostenible y al acceso a la electricidad para miles de millones de personas que no disponen de ella.

Esperemos que el ministro Sebastián, con o sin corbata, rectifique.

Juan López de Uralde, director de Greenpeace España