Un incendio anunciado y que se podría haber evitado. Los colectivos ecologistas y los vecinos de la zona llevan tiempo denunciando la situación del macrovertedero de neumáticos de Seseña.
Declarado ilegal es, hace años, un punto negro de contaminación y vertido que comparten las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Madrid. Pero ninguna de las dos Administraciones ha actuado para resolver el problema, y ahora la situación es mucho peor. Un incendio de grandes proporciones se ha declarado en el mismo, incendio que será muy complicado extinguir, y sobre todo, que tendrá consecuencias sanitarias y ambientales importantes.
Este vertedero de neumáticos, que algunos clasifican como el mayor de Europa, acumula casi 100.000 toneladas de estos contaminantes residuos. Los neumáticos contienen más de 200 compuestos químicos, principalmente un 45% caucho, 22% negro de carbón (material producido por la combustión incompleta de productos derivados del petróleo), 2% óxidos de cinc, 1% azufre y 8% aditivo con metales pesados como cromo, cadmio…
Si estos neumáticos se queman, pueden generar gases y compuestos muy tóxicos que se liberan a la atmósfera y a las aguas, como el monóxido de carbono y nitrógeno, óxidos de cinc o plomo, pero también sustancias cancerígenas como los PCB (bifenilos policlorados), benceno, tolueno, estireno y butadieno, entre otros. Además, de las peligrosas partículas PM 2,5.
Ahora lo más importante es lograr controlar y apagar el incendio lo antes posibles, para que las consecuencias sobre la población y el entorno sean las menores posibles. Después habrá que depurar responsabilidades de una catástrofe anunciada pero ignorada por nuestros políticos.