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Imagen de una incineradora |
¿Cuándo cuántas veces hemos visto al gobierno y a la oposición votar en conjunto, incluso a las enmiendas que presentaba sobre la marcha el contrario? ¿Qué ha causado tan extraño acontecimiento y sobre todo quienes serán los beneficiados de tan magnífico acto de entendimiento? Pues bien, esto se producía ayer mismo en Asturias en el Consejo de Administración del Consorcio de Gestión de Residuos (COGERSA) para la construcción de la incineradora de Serín.
Al resto de preguntas intentaré responder de forma lógica, aunque no sé si lo lograre, pues descubrir los motivos reales de esa votación y lo que ronda por la cabezas de algunos políticos, es complicado. En una sesión rocambolesca, en la sede de COGERSA, se ponían de acuerdo los consejeros del partido en el gobierno de Asturias y los de la oposición. Lo que querían era sacar adelante una obra cifrada en más de 400 millones de euros para quemar el 83% de los residuos del Principado.
La incineradora de Serín es rechazada por el resto de los partidos políticos asturianos y por la mayor parte de la sociedad, colectivos sociales, de consumidores y asociaciones ecologistas. Y a pesar de todo ello, los responsables políticos en Asturias siguen empeñados en construir una planta cara, peligrosa para la salud y el medio ambiente, que destruirá empleos y que hará quintuplicar las tasas que pagan en Asturias la ciudadanía por sus basuras.
Tienen sobre sus mesas las alternativas de Greenpeace y otros colectivos para gestionar de forma racional y sostenible los residuos del Principado. Sin embargo, han pisado el acelerador para sacar adelante el proyecto de horno incinerador antes de las próximas elecciones. Parece que en este caso no podemos esperar nada mejor de un gobierno y de una oposición que sólo miran por sus intereses particulares. Qué pena! Por una vez que se ponen de acuerdo los políticos, vuelve a ser a costa del medio ambiente.
Julio Barea, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace