Hoy empieza la segunda semana de negociación climática en Bonn. Esta es la primera sesión desde la COP17, celebrada en Durban en diciembre de 2011 y en la que los ministros de todo el mundo se comprometieron a firmar un acuerdo global “tan pronto como sea posible y no más tarde de 2015”. Un “comprometidos a comprometernos” al que ha llegado el momento de poner plazos, hitos y contenido.

¿Cual va a ser la forma y fuerza legal del acuerdo global? ¿va a obligar a los países en desarrollo o sólo a potencias emergentes como China, India, Sudáfrica o Brasil? ¿fijará sólo las reducciones de emisiones o incluirá, también, compromisos de financiación internacional y transferencia tecnológica? Estas y otras dudas deben resolverse cuanto antes y, para ello, una cuestión esencial de esta reunión es cerrar un programa de trabajo a 2015 que permita discutir todos y cada uno de los aspectos importantes a tiempo.

Uno de ellos es, como no, los compromisos de reducción de emisiones. Durante la primera semana en Bonn se han realizado talleres de clarificación de estos objetivos para poder abordar, con todos los datos, una sesión de discusión de como aumentarlos prevista para hoy. Alinear las reducciones de emisiones con las que recomiendan los científicos fue otra de las promesas de la cumbre de Durban que, como vemos en el vídeo, es urgente acometer, por esta razón Greenepace ha pedido que esta cuestión se incluya como requisito indispensable en el plan de trabajo a 2050.

Una de las medidas que se confirman como más eficaces para generar resultados a nivel práctico en este sentido es el abandono de las subvenciones a los combustibles fósiles, por la reducción de emisiones automática que conlleva y la liberación de recursos económicos necesarios para financiar la lucha internacional contra el cambio climático. Así que en España tendremos que replantearnos, de una vez por todas, el Real Decreto de subvención a la quema de carbón.

Otro tema clave en el plan de trabajo a 2015 es la definición de “equidad”, un concepto polémico en el que debe basarse la contribución de los diferentes estados a las obligaciones derivadas de la lucha contra el cambio climático, cuya discusión marcó el plenario final de la cumbre de Durban. También se ha realizado un taller al respecto en el que EEUU ha reiterado que quiere ser tratado igual que China - a pesar de ser mayor responsable histórico y per capita- e India, por ejemplo, se ha opuesto de manera frontal. La cosa no parece fácil de solucionar, pero se ha avanzado en algo: en interpretar los compromisos insuficientes repercute en impactos desmedidos en países que no tienen casi influencia en la discusión anterior, porque son prácticamente nuestros en emisiones, lo que todas las partes han acordado como un ejemplo claro de vulneración del principio de equidad.

Quedan todavía cinco días más en los que hay que abordar temas como la longitud del segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, que se firmará en la COP18 y los riesgos que conlleva la propuesta de la UE de que dure ocho años en lugar de cinco. Esto retrasa la inclusión de EEUU y las potencias emergentes en un acuerdo global (que entraría en vigor al final de Kioto) y puede implicar que los países obligados por el Protocolo no aumenten sus compromisos de reducción de emisiones en los ocho años en los que los científicos de Naciones Unidas dicen que es más importante actuar. Para evitar esto último, Greenpeace ha pedido que se incluya la previsión de revisar los objetivos de todos los países a la luz del próximo informe del IPCC, previsto para 2015 y seguiremos de cerca la evolución de esta cuestión.

Quedan cinco días y hay mucho todavía de lo que hablar... os sigo contando en directo desde una sesión de “calentamiento”  que, como en el deporte, es clave desarrollar.

Aida Vila (@Aidavilar), responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace