Me resulta triste ver cada día cómo las grandes corporaciones, aprovechan su tremendo músculo financiero y su extenso know-how para intentar saltarse las leyes que protegen el medio ambiente y los derechos de las personas con una total falta de ética y de responsabilidad social, aprovechando su maquinaria empresarial perfectamente engrasada para exprimir al máximo los recursos naturales finitos de este planeta, aprovechando los resquicios legales de los países con legislaciones más avanzadas y pasando por encima de los países con normativas más laxas o inexistentes.
Este es el caso de la petrolera British Petroleum (BP), causante no hace ni un año, del mayor vertido de petróleo de la historia de EEUU en el que murieron 11 personas y se liberaron el equivalente a ¡¡¡10 vertidos como el de nuestro Prestige!!!! (680.000 toneladas de crudo) después de incendiarse y hundirse la plataforma petrolífera de extracción Deepwater Horizon en el Golfo de México. Criticada duramente hace pocos días por la comisión presidencial norteamericana que ha investigado el desastre, ni corta ni perezosa anunció el viernes pasado su intención de realizar perforaciones en el mar de Kara, demostrando que no ha aprendido nada.
El año pasado BP intentó obtener de Groenlandia un permiso de perforación en el Ártico, esta región autónoma perteneciente a Dinamarca negó el permiso para perforar debido a la ausencia de rigor de sus protocolos de seguridad, pero lejos de aprender que la extracción de petróleo en aguas profundas sin riesgos es sencillamente imposible, lo que hizo BP fue buscar la connivencia de un país con menores exigencias normativas y éticas y encontró en el gobierno ruso y en la petrolera de capital público Rosneft, unos perfectos compañeros de viaje sin escrúpulos y la puerta de entrada al Ártico que antes les habían negado.
Aquí en aguas españolas, Repsol va a la zaga de BP y lleva ya 3 vertidos de hidrocarburos frente a la costa de Tarragona en sólo 3 meses, lo que demuestra su nula cultura de seguridad y su falta de respeto por el medio ambiente y por las familias que viven de la pesca y del turismo. Justo ayer se reunieron con los ayuntamientos de la zona, que se han levantado en pie de guerra, y en un intento de apaciguar el malestar social anunciaron inversiones por valor de 130 millones de euros.
Repsol no nos engaña: lejos de invertir en alternativas limpias al petróleo, planea abrir dos nuevos pozos de petróleo en aguas profundas frente al Delta del Ebro para verano, a falta del Estudio de Impacto Ambiental. Pero desde luego los últimos vertidos han desvelado el modus operandi: siempre prima sus beneficios frente a la seguridad ambiental. Es por esta razón que ahora están intentando lavar su imagen con estas inversiones. Todo está en el tejado del Ministerio de Medio Ambiente que debe decidir si autoriza la apertura de los dos nuevos pozos “a la rusa” o actúa con responsabilidad y deniega los nuevos permisos a una compañía que ha reiteradamente demostrado primar sus beneficios frente a la seguridad ambiental.
Nosotros lo tenemos claro porque, con los datos en la mano, si invirtiéramos en vehículos más eficientes reduciríamos más de un 8% nuestro consumo de petróleo y si nos concienciáramos para usar menos el coche ahorraríamos un 10% de esta energía sucia. Por eso pedimos una moratoria a la extracción de crudo en nuestras aguas. Si no has firmado todavía, tu también puedes pedirle al Ministerio de Industria que renuncie a extraer petróleo de nuestras aguas. Actúa aquí. ¡Ciberactúa!
Rodrigo Marcos, Campaña de Transporte
- Información sobre Cambio climático y Transporte en la web de Greenpeace