En el penúltimo día de la conferencia de cambio climático de Varsovia, las organizaciones sociales y ecologistas dijeron: “hasta aquí hemos llegado”, y se marcharon, hartas de ver cómo el foro más importante para concertar la acción mundial frente al cambio climático está siendo tomado precisamente por los mayores responsables de causar el problema: las industrias de los combustibles fósiles.
El cambio climático no es un concepto abstracto del que hablan los científicos y ecologistas, es una realidad en la vida de muchas personas. En los últimos años, los records y los eventos climáticos extremos, como los veranos sofocantes, las super-tormentas, los incendios forestales y la pérdida de las capas de hielo junto a la acidificación de los océanos por el aumento del CO2 disuelto, han sido sólo algunas muestras de lo que puede venir.
El científico Richard Heede ha realizado una investigación sobre las emisiones acumuladas (históricas) de dióxido de carbono y metano de los 90 mayores productores de estas emisiones, que ha sido publicada en la revista científica Cambio Climático en un artículo llamado Tracing anthropogenic carbon dioxide and methane emissions to fossil fuel and cement producers.
Los datos son asombrosos, estas 90 empresas son responsables de cerca de dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero globales causadas por el hombre y entre ellas, los enemigos del Ártico, las petroleras Gazprom y Shell, están en la lista de los 6 mayores emisores. Todos los datos han sido recopilados en una interesante página web: Carbon majors.
También hay una empresa española en la lista, Repsol, que con sus 3.381 millones de toneladas de CO2 equivalente emitidas a lo largo de su historia tiene el dudoso prestigio de encaramarse al puesto 19 de la clasificación de las empresas privadas. Lejos de mostrar arrepentimiento por su responsabilidad histórica, Repsol se ha lanzado a la carrera para buscar más petróleo en Canarias, con la expectativa de incrementar sus 1920 millones de euros de ingresos netos anuales de 2012, sin importarle lo que incrementaría sus emisiones anuales, que en 2010 eran de 126 millones de toneladas de CO2 equivalente.
Shell y Gazprom, mientras pretenden acallar a los 30 del Ártico, son de las mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero y son por tanto de las mayores responsables por su contribución al cambio climático y a los impactos que estamos viviendo: Gazprom lleva a sus espaldas 32.140 millones de toneladas de CO2 equivalente emitidas, y Shell otras 30.750 millones de toneladas. Cada una de ellas supera a toda Polonia, que es el tercer estado con más emisiones acumuladas, debido a su dependencia del carbón.
A pesar de que países como los del Consejo del Ártico también han manifestado su preocupación por los rápidos cambios climáticos y físicos que se producen en el Ártico por los gases de efecto invernadero, las negociaciones en la cumbre de cambio climático de Polonia (COP19) se han visto contaminadas por el fuerte lobby de las empresas privadas y el débil liderazgo de los gobiernos para hacer frente al cambio climático.
Por eso los movimientos sociales y las ONGs abandonaron la cumbre climática, por no querer ser cómplices de cómo presiona la industria de los combustibles fósiles. Nosotros estamos del lado de los afectados y con aquellos que luchan por frenar el cambio climático.
Aunque “Nosotros volveremos como una parte de la sociedad el próximo año con aún más voces detrás nuestro, con más determinación y con mayor ambición de éxito. Esperamos que los gobiernos hagan lo mismo“ ha declarado Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional.
Tatiana Nuño (@t_nunho), campaña de cambio climático de Greenpeace