Ha sido una larga semana aquí en Berlín, con expertos y funcionarios de gobierno finalizando las conclusiones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU sobre cuales son las soluciones para el cambio climático. Finalmente tenemos el resultado y el mensaje es claro: la acción contra el cambio climático es una oportunidad, no una carga.



Este panel, que reúne a los principales  expertos en clima y energía del mundo, dice que para evitar un cambio climático catastrófico, los sistemas de energía de todo el mundo deben ser urgente y fundamentalmente transformados. Para Greenpeace, el resultado final es: tenemos que dejar de quemar carbón, petróleo y gas. Y podemos conseguirlo.

Las energías renovables son cada vez más y mejores. Pueden proveer las soluciones que el mundo necesita y son la opción más económica para una nueva instalación de energía en un número cada vez mayor de países. La "era de las energías renovables" ha llegado.

La energía limpia no es costosa, pero la inacción sí lo es. Costosa en términos de salud,  de medios de subsistencia, de economías. Todo esto si los gobiernos y las empresas continúan permitiendo que los impactos del cambio climático sigan aumentando.

El gran problema es el sistema energético obsoleto actual. Por ejemplo, las viejas centrales térmicas contaminantes. Cuando hablamos con las principales empresas de energía en estos días, admiten en privado que entienden la necesidad de avanzar hacia las energías limpias. Pero las inversiones que empresas como Vattenfall, E.On o Iberdrola han hecho en instalaciones de energías sucias, y que se volverían prescindibles, se los impide .

Ahora es el momento de decirle a la industria de los combustibles fósiles que su tiempo ha terminado. La eliminación gradual de los combustibles fósiles debe comenzar de inmediato. Greenpeace se ha comprometido a hacer de ésta un transición justa que respete también los derechos de todos los trabajadores del sector de la energía sucia. Sabemos por nuestros análisis de la [R]evolución Energética en la última década que las energías renovables y la eficiencia energética crearán más empleos que los que eliminen.

Si los gobiernos implementan la [R]evolución Energética pueden, por ejemplo, ayudar a las empresas a crear 3,2 millones de puestos de trabajo para el año 2030 en el sector energético mundial solamente. En Sudáfrica, por poner el ejemplo de un país, 149 mil empleos directos podrían ser creado para 2030. Esto equivaldría a 38.000 puestos más que el plan actual del gobierno.

No tenemos tiempo que perder. Las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI)  aumentaron más rápido entre 2000 y 2010 que en décadas anteriores, según el IPCC. Más de la mitad del reciente crecimiento de las GEI fue causado por la quema de carbón de China.

Seguir con esta tendencia nos llevaría a un desastre global. Sin embargo, la triple amenaza de la contaminación atmosférica, la escasez de agua y el riesgo climático, está cambiando totalmente los planes de China sobre el carbón. Recientemente China ha adoptado una serie de medidas para lograr un aire más limpio. Estas medidas no sólo ayudarán a los ciudadanos chinos a respirar mejor sino que pueden  poner fin al incesante aumento de la contaminación del clima mundial antes de 2020.

Este giro en la política de China sobre el carbón también podría cambiar la dinámica en el debate global sobre el clima. El gobierno chino podría poner fin a la actual mentalidad de "tú primero" que ha envenenado el progreso a través de las negociaciones de clima de la ONU. En lugar de pelear a ver quién puede contaminar más, los gobiernos tienen que enfrentar la realidad y acordar que para 2050 nadie podrá estar contaminando la atmósfera.

Es cierto que los países difieren en su capacidad de invertir en un futuro de cero emisiones. Los países que, en el pasado, han emitido poco deben ser apoyados por los países más ricos en la eliminación de su antiguo sistema, sucio.

¿No sería maravilloso si China, envalentonada por sus acciones a nivel local, empujara al resto del mundo a un nuevo acuerdo climático global mediante la presentación de un nuevo objetivo ambicioso y vinculantes en reducción de emisiones? Imagina lo vergonzoso que eso sería para los EE.UU. y la UE. Después de eso Europa no podrías seguir afirmando que su propuesta de recorte del 40% en emisiones para el año 2030 es "ambiciosa". ¿Llevaría esta situación a la UE a proponer una oferta más justa, como por ejemplo una reducción de emisiones dentro de la UE de por lo menos un  55% ?

Un nuevo tratado climático debe ser adoptado en París el año próximo.  Debe incluir la meta de 100% de energía renovable para todos y la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Sólo entonces los gobiernos podrán decir que han comprendido verdaderamente las implicaciones del informe climático de la ONU.

Daniel Mittler es el director político de Greenpeace Internacional y Kaisa Kosonen un consejero político de Greenpeace
Internacional.
Traducción: Marina Bevacqua, campaña de cambio climático de Greenpeace