La crisis nuclear de Fukushima ha encendido el debate que los partidarios de la energía nuclear venían reclamando. ¿Recuerdan aquello de “hace falta reabrir el debate nuclear”? Pues ya lo tenemos aquí. Y como las evidencias de la peligrosidad, inseguridad e insostenibilidad de la tecnología nuclear son aplastantes, se nos invita a la resignación con el argumento de que, aún siendo indeseables, las centrales nucleares son necesarias.

La realidad, sin embargo, muestra lo contrario. Aunque nos querían hacer creer que habría un “renacimiento” nuclear, lo cierto es que la energía nuclear estaba ya en franca retirada antes de Fukushima.  En la Unión Europea está siendo abandonada: en los últimos diez años, la potencia nuclear instalada se ha reducido en 7.594 MW, mientras que se han incorporado más de cien mil MW de energías renovables. En España, en 2010 la energía nuclear aportó sólo un 21% de la electricidad, mientras que las renovables aportaron ya un 35%, subiendo al 38% en los dos primeros meses de 2011.

Esta tendencia de sustitución de la nuclear por otras fuentes de energía es de esperar que se acelere tras el accidente múltiple de Fukushima, y así lo confirman las decisiones de frenar los planes de construcción de nuevas centrales o de detener el alargamiento de vida de las viejas que en estos días han tomado países como Alemania, Suiza, Venezuela y, sobre todo, China, que acaparaba más de la mitad de todos los proyectos del mundo. Todo indica que estamos ante el principio del fin de la era nuclear.

Prescindir de la energía nuclear no debería ser muy complicado, ya que apenas aporta un 16% de la electricidad mundial y menos del 6% de toda la energía consumida. Mirando al futuro, numerosos estudios demuestran la viabilidad de prescindir de la energía nuclear.

El estudio “[R]evolución Energética”, elaborado por el Centro Aeroespacial Alemán para Greenpeace y el Consejo Europeo de las Energías Renovables, demuestra que la energía nuclear puede ser sustituida completamente en todo el mundo antes de 2050, cuando las renovables producirían un 94,6% de la electricidad mundial y un 97% de la europea.

Japón podría cerrar todas sus centrales nucleares, adoptar un conjunto de medidas de eficiencia energética y acelerar el uso de fuentes de energía renovable durante los próximos 30 años. Para 2025, ya podría cerrar más de la mitad de sus actuales centrales nucleares, sustituyéndolas por una combinación de distintas renovables: solar fotovoltaica, solar térmica de concentración, geotérmica, eólica y bioenergía. El estudio “[R]evolución Energética. Perspectiva energética sostenible para Japón”, publicado por Greenpeace en junio de 2008, demuestra cómo hacerlo. El estudio señalaba que, en caso de emergencia, la introducción de renovables y eficiencia podría llevarse a cabo incluso más rápidamente.

¿Y en España? La viabilidad técnica y económica de un sistema de generación eléctrica basada al 100% en energías renovables quedó demostrada en el informe “Renovables 100%” de Greenpeace, que analiza las posibilidades de las renovables en la península en el horizonte 2050. Este fue el primer estudio en analizar seriamente esta posibilidad. Posteriormente han aparecido otros estudios que adelantan el horizonte. El estudio “Un nuevo modelo energético para España. Recomendaciones para un futuro sostenible”, publicado por la Fundación Ideas en 2009, muestra cómo la energía nuclear se podría sustituir de forma acelerada para 2016. Y más recientemente, el estudio “Cambio Global España 2020/50”, publicado en febrero de 2011 por la Fundación Conama y el Centro Complutense de Estudios e Información Medioambiental, plantea el abandono de la nuclear en nuestro país para 2030.

De hecho, el cierre de las nucleares facilitaría la entrada de más energía renovable, como ya explicamos con motivo de la publicación del informe de Greenpeace “La batalla de las redes”.

Así que, la pregunta a la que tendrían que responder quienes quieran mantener las nucleares en funcionamiento tendría que ser: ¿por qué usar una fuente de energía tan peligrosa cuando SÍ hay alternativas mejores?

Lo deprimente es que a nuestro ministro de Industria, Miguel Sebastián, no se le ocurra mejor alternativa que volver a la carga con el carbón. A él y a los que pretendan ponernos entre la espada nuclear y la pared del cambio climático, habrá que recordarles una sencilla fórmula: 100% RENOVABLE = 0% CO2.

Jose Luis García Ortega, responsable de la campaña de Cambio climático y Energía

Imagen: CEDIDA/ TEPCO

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