Esta noche he soñado que solo seré feliz cuando en este planeta, la especie de la que soy miembro no tenga perdedores. Esta mañana, en el albergue donde nos alojamos los voluntarios de Greenpeace ese sentimiento convertido en necesidad se ha seguido reforzando, por cierto privilegio el mio ser uno de ellos, de esas personas que ponen una parte de su tiempo al servicio del bien común, por una sociedad que algún día hará la paz con el planeta finito que tiene el privilegio de haber ocupado.
Si, soy uno de los que están en la puerta del Museo de la Ciencia de Valencia, donde el IPCC informa a las delegaciones de los gobiernos del mundo de lo urgente que es tomar medidas globales para poder quizás seguir soñando con la equidad, con la justicia, con la paz entre todos los miembros de mi especie y de estos con su entorno, y con todos los miembros de los otros millones de especies que comparten un planeta virtuoso y frágil.
Hoy me ha tocado participar en un espacio que está un poco más allá del Túnel de Tiempo, al lado del extraordinario Bar Solar Fotovoltáico, donde los zumos de frutas y verduras de la agricultura sin venenos son obsequio para nosotros y para los visitantes inquietos.
Justo al lado están las cocinas solares parabólicas, dos Ksol 14 y una Ksol 12. La primera tiene una potencia extraordinaria, 600 watios y como el dia no podía ser mejor soleado, la alegría nos ha inundado a todos a primera hora de la mañana, cuando el astro rey de la vida y del futuro no llegaba a nuestros cuerpos debido a la sombra del peculiar edificio.
Hoy ha sido un día especial, el sol brillando y entregrando hasta mas potencia energética de lo normal, en las dos ksol 14 hemos colocado dos paelleras y en la 12 una cacerola con el agua. No es difícil imaginar cual ha sido hoy el menú, estando en Valencia en un dia especial, paella solar con los mejores ingredientes, las mejores energías y sin un gramo de emisiones de CO2, también han sido importantes los sentimientos colectivos de deseos de éxito por lo que ocurria dentro.
Pero también el dia ha seguido siendo especial, nos ha visitado, con honores, el nobel representante del IPCC, mister Pachauri. Es un privilegio haber tenido en la mesa a un miembro de mi especie que estoy seguro que también, alguna vez, ha soñado que podemos construir una sociedad inteligente y consecuente con lo que tiene en las manos, un mundo sin perdedores.
El buen hombre ha cogido la sartén por el mango solar, ha percibido los aromas y sabores fruto de una pequeña maquina con la que un día soñé y hoy me ha permitido ejercer, con humildad, como chef solar de Greenpeace. Os lo digo desde lo mas profundo de mi ser, cada elaboración realizada con la cocina solar refuerza mi sueño, cada hora de cocción solar sin contribuir al cambio climático, pienso que me hace participe, como a todos los compañeros de la acción, de un sueño que será realidad, un mundo de ganadores.
P.D.: Por cierto, me comenta detrás de la pantalla del portátil que el bizcocho soleado ha quedado de maravilla, lo maravillosos son ellos y la energía limpia del sol que nos brinda todo.
Manolo Vilchez, paellero solar de Greenpeace desde el IPCC en Valencia.