Hoy podemos celebrar una nueva victoria para el medio ambiente. La central de Pasaia (Gipuzkoa) cierra definitivamente. Desde 2006 Greenpeace venía reclamando el cese de la actividad de esta central térmica de carbón, la más antigua del Estado. La instalación inició su actividad en el año 1967 y ha operado todos estos años con permisos provisionales, o sea, fuera de la legalidad.

Según Iberdrola, la empresa propietaria de la planta, cierra “por motivos medioambientales y económicos”, pero con esta decisión se confirman las demandas de Greenpeace denunciando que se trataba de una fábrica de cambio climático.

En 2007 activistas de Greenpeace estuvieron colgados tres días de la chimenea de la central. Por ello la compañía Iberdrola solicitó nueve meses de prisión y 18.000 euros a cada uno de los diez activistas que participaron en la acción. Ante las peticiones desproporcionadas de Iberdrola, tan solo en un mes más de diez mil personas escribieron a la compañía pidiendo que dejara de perseguir a los ecologistas, que impulsara las energías renovables y que dejara de lucrarse con la quema de carbón en instalaciones como la de Pasaia. El tiempo dio la razón a Greenpeace y finalmente el juzgado absolvió a los ecologistas.

La producción de energía eléctrica con carbón supone la mayor fuente de emisiones de CO2 por kWh producido. Tanto es así, que las emisiones de CO2 de la central de Pasaia a la atmósfera superaban las de todo el parque móvil de Guipuzkoa.

El cambio climático es el mayor problema ambiental al que se enfrenta la humanidad. Por eso es urgente actuar para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, y evitar que las temperaturas globales aumenten 2ºC. Para ello es imprescindible dejar de quemar carbón y dirigir nuestros recursos económicos al desarrollo de energías renovables, ahorro y  eficiencia. Así lo demuestra Greenpeace en su informe Energía 3.0.

Gracias a todas las personas que apoyan el trabajo independiente de Greenpeace. Gracias a ellas, desde hoy la atmósfera se ahorrará más de un millón de toneladas de CO2.

Julio Barea (@juliobarea), Campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace