La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (equivalente al Ministerio de Medio Ambiente) ha emitido una nueva autorización sobre el proyecto Cabo Cortés, de la empresa española Hansa Urbana. Aunque es un texto ambiguo y sujeto a interpretaciones, lo básico es esto: permite a Cabo Cortés seguir adelante.

La argumentación de la SEMARNAT no puede ser más paradójica, viniendo de quien viene. Con el sorprendente argumento de que “los criterios ecológicos son lineamientos destinados a proteger el ambiente..., y que… no tienen un carácter obligatorio, se considera que son inductivos”, este organismo responsable de proteger el medio ambiente aprueba el proyecto de Hansa Urbana para construir un mega-desarrollo turístico en Cabo Pulmo, ubicado en el Golfo de California.

Cabo Pulmo es una reserva marina en la cual la cantidad de peces y su tamaño se ha incrementado en más de 400 por ciento,
debido a que tiene una productividad biológica cinco veces mayor que el promedio de los arrecifes en el Golfo de California y posiblemente que cualquier otro arrecife en México. La zona, por ello, goza de unos elevados estándares de protección, ya que fue calificada como Parque Nacional Marino y es Patrimonio Natural de la Humanidad para la UNESCO. Cabo Cortés pondría en grave riesgo su supervivencia.

A pesar de poner condicionantes al proyecto y de restringir la construcción de una planta desaladora y otras infraestructuras a diferentes autorizaciones en materia de impacto ambiental, lo que se está aprobando es la construcción de 27,111 cuartos, 2 campos de golf de 18 hoyos, conjunto de vialidades (131 has), 17 km de acueductos y una marina para 490 embarcaciones. Durante su máxima operación Cabo Cortes producirá aproximadamente 39,000 toneladas de residuos sólidos (1,97 kg/persona/día). Y esto, justo al lado del parque nacional.

Desde Greenpeace México se asegura que “este gobierno debe replantear su política de Estado, ya que no se puede promover el año del turismo y depredar los ecosistemas al mismo tiempo. Que la SEMARNAT apruebe la construcción de una nueva ciudad en una zona semidesértica es un ecocidio para el parque marino de Cabo Pulmo”.

Y desde Greenpeace España, afirmamos que con sus presiones para construir Cabo Cortés, Hansa Urbana sigue envuelta en una huida hacia adelante. Ante el frenazo brusco que desde el año 2007 vive el sector inmobiliario y constructor en España, caracterizado por el estancamiento y la falta de financiación, Hansa busca reproducir en México el modelo que tan buenos resultados económicos le dio aquí, aunque a costa de un impacto medioambiental y ahora también social inaceptable. Aquí ya lo aprendimos, esperemos poder parar este proyecto antes de que otros tengan que sufrir los mismos efectos.

 

Mabel González Bustelo, campaña de Conflictos y Medio Ambiente