El evidente balanceo del barco es la mejor prueba de que ahí afuera hay marejada. El viento de levante nos va a acompañar hasta que lleguemos a Palma mañana temprano y eso desde que esta tarde hemos dejado atrás las cercanías del puerto de Tarragona.
No hemos encontrado problemas así como tampoco las tuberías de vertidos industriales que buscábamos. La visibilidad era tan mala, por partículas en suspensión, que los buceadores no veían más allá de un metro. Tampoco estamos seguros de que las coordenadas que no facilitaron las autoridades del agua de
Cataluña, para la localización de estos emisarios sean correctas. Los pescadores locales con los que nos hemos cruzado nos han apoyado. También ellos se quejan de los vertidos y de que cada vez es mas difícil encontrar pescado en esa zona.
Después de dos días de trabajar desde muy temprano me siento satisfecho aunque cansado. Hoy hemos querido marcar la zona de vertidos con globos amarillos para denunciar lo que es intolerable, que las industrias vierten tóxicos por doquier y nadie los controla.
Ha sido divertido y a la vez minucioso conseguir que sólo quince globos llenos de helio mantuvieran la posición. Inflarlos sin que estallasen, anudar los cordones que los unían a las boyas y también a los pesos que los sujetaban en el fondo
Desde dos botes neumáticos no ha sido fácil. Ha sido una denuncia y hemos puesto todo nuestro esmero para que se nos oyera.
Un abrazo desde el Arctic Sunrise.
Juan Valle, departamento de Participación de Greenpeace
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