Los acuerdos bilaterales de comercio e inversión entre grandes potencias nacionales y regionales empiezan a ser un tema emergente. Y son al mismo tiempo un galimatías de siglas (TTIP, CETA, TISA, etc) y de asuntos de difícil comprensión: tratados comerciales de servicios, tribunales de arbitraje, macroeconomía, aranceles comerciales, hegemonía mundial...



En estos acuerdos se habla mucho de fomentar el comercio entre las partes y de defender los derechos de los inversores. Pero no se mencionan cosas como defender los derechos laborales, mejorar la calidad de los servicios públicos, proteger el medio ambiente o de garantizar la seguridad alimentaria, por poner algunos ejemplos.

Pero las personas y el planeta están antes que las inversiones y los negocios, así que desde Greenpeace no queremos este tipo de acuerdos que en la práctica suponen la armonización a la baja de las regulaciones entre ambos bloques, acuerdos que pueden suponer el debilitamiento de los estándares de calidad y seguridad de los productos importados. Es decir, vuelta atrás con políticas de control de sustancias tóxicas, de organismos genéticamente modificados, fracking, seguridad alimentaria, etc. En nombre del “libre comercio”, se quiere poner en riesgo estándares de calidad y seguridad relevantes para la producción agrícola, la alimentación y la salud de los ecosistemas.

No, estos acuerdos no están pensados para las personas y el planeta, sino para el interés de las grandes corporaciones.  

Además, las conversaciones para el acuerdo que están ahora negociando la UE y EE.UU, el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (conocido como TTIP por sus siglas en inglés) se están llevando a cabo en secreto: las negociaciones son a puerta cerrada, sus documentos reservados,  e incluso para los europarlamentarios es una odisea acceder a consultar (solo consultar) la ingente documentación clasificada como “confidencial”. Los grandes lobbies de las multinacionales no tiene problema en estar al tanto de la marcha de las negociaciones.

Porque quieren mantenerlo en secreto y porque el tratado afecta a temas como nuestra salud, la alimentación y la salud del planeta, en este acuerdo bilateral nos jugamos mucho.

Aunque el TTIP todavía será objeto de negociaciones durante al menos 2016, el acuerdo ya firmado entre Canadá y la UE podría afectarnos pronto: el CETA, que así se llama, será el primero de este tipo de tratados de comercio de nueva generación. Concluido hace un año, el acuerdo nunca ha sido firmado formalmente. Ya que el acuerdo podría ser presentado en cualquier momento a los estados miembro de la UE para su firma, debemos impedir también que nuestros gobiernos lo firmen.

Greenpeace España está ya trabajando en la Plataforma contra el TTIP, y junto con ellos estamos preparando la semana de acción internacional, que se celebrará a ambos lados del atlántico del 10 al 17 de octubre. Te invitamos a participar.

¿Qué puedes hacer tú?

- De momento, no dejes de firmar (si no lo has hecho ya), contra el TTIP y el CETA. Firma contra el TTIP y CETA desde el blog de la campaña contra el TTIP