Varios informes sobre cambio climático han visto la luz estos días, coincidiendo con un verano lleno de fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) desvela, en su último informe mensual, que el mes de junio de este año ha sido el más caluroso de la Historia. La temperatura media de la Tierra y la de la superficie de los océanos ha sido de 16,2°C; 0,68°C por encima del promedio del siglo XX (15,5°C). Pero no se trata solo del mes de junio. El periodo enero-junio también tiene el récord respecto al S.XX en cuanto a calor.
Quizás lo más sorprendente de este informe sea el hecho de que más del 90% del calentamiento de los últimos 50 años se detecta en aguas marinas, lo que equivale a arrojar al mar la energía necesaria para mantener 500 bombillas de 100W encendidas para cada uno de los habitantes del planeta. El resultado del calentamiento del mar es, como sabemos, la expansión de los océanos y el derretimiento del hielo marino como el del Ártico, que es este año un 10,6% menor que la media del periodo 1979-2000.
Otras oficinas meteorológicas mundiales han presentado también informes en los que declaran el mes de junio como el cuarto más cálido de la Historia (Australia) o califican el primer semestre de 2010 como el más seco desde 1929 (Reino Unido) y, en España, la Agencia Estatal de Meteorología proyecta aumentos de la temperatura de hasta seis grados y una disminución considerablemente las lluvias a lo largo de este siglo.
Pero, al margen de los datos científicos, basta con ver las noticias para ser conscientes del poder destructor que está teniendo el cambio climático este verano: una de las peores olas de calor en Estados Unidos, las peores inundaciones de la década en una parte de China y el mes de junio más seco de la historia en la otra, la peor sequía de los últimos 130 años en Rusia, temperaturas de 35 grados en los países nórdicos y en España, ¡un verano de infierno!
Hoy empieza en Bonn otra ronda de negociaciones para preparar los acuerdos que deben tomarse, el próximo mes de noviembre, en la cumbre climática de Cancún. La reunión se inaugura con la mala noticia de que la Administración Obama no va a aprobar su ley de cambio climático este año.
Es curioso que los informes sobre cambio climático de las agencias oficiales de todo el mundo sean tan contundentes y que las posiciones políticas y los compromisos de reducción de emisiones sigan dejando tanto que desear...
En la crisis climática no sirve el recurso fácil de “mirar hacia otro lado” porque no hay territorio en el mundo que no esté sufriendo ya los impactos del cambio climático tanto a nivel ecológico, como económico y social. ¿Van a quedarse nuestros políticos con los ojos cerrados para siempre?
Aida Vila, responsable de la campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace España.