Tras el desastre del huracán Harvey en el sur de Estados Unidos y la devastación del monzón en Asia, ahora viene por el Atlántico Irma a arrasar hacia el Caribe. Se trata del mayor huracán registrado en aguas atlánticas (sin incluir el golfo de México y el Caribe).

Lo primero que nos debe preocupar es la seguridad y las vidas de las personas en peligro y de quienes ya han sufrido las consecuencias de estos fenómenos meteorológicos extremos. Debemos solidarizarnos y apoyar a las víctimas, la mayoría de ellas de lugares o poblaciones en situación de gran vulnerabilidad.

Lo segundo es preguntarnos si esto es normal, es lo que toca, o algo está pasando que nos debe atemorizar especialmente. Esto es lo que sabemos:

  1. Irma, en el momento de escribir esto, es un huracán de categoría 5 potencialmente catastrófico, que traerá vientos que amenazan la vida, oleadas de tormenta y peligrosas precipitaciones hoy a la costa norte de la isla de La Española (República Dominicana y Haití) y a otras zonas como las Bahamas esta noche y mañana viernes.
  2. Se ha activado la vigilancia de huracanes para el noroeste de Bahamas y buena parte de Cuba. Irma es probable que traiga viento peligroso, oleadas de tormenta y precipitaciones a partes de esas zonas el viernes y sábado.
  3. También amenaza con impactar directamente en Florida durante el fin de semana y el principio de la semana que viene.

La pregunta que mucha gente se hace es si esto que estamos viendo es consecuencia del cambio climático. Y la respuesta es que sí, es que ya lo sabíamos, nos lo habían advertido los científicos que iba a ocurrir, pero cuando llegaba la hora de actuar para prevenir el problema, entonces se anteponían y se siguen anteponiendo otros intereses políticos y económicos para no actuar con la contundencia necesaria.

Lo que nos habían dicho es que a medida que aumentan las temperaturas globales, se espera que el aire y los océanos más cálidos alimenten huracanes. Estos serán más fuertes y sus impactos más drásticos y peligrosos.

La cuestión no es si el cambio climático ha provocado directamente el huracán Irma o cualquier otro huracán. Pero sí la ha hecho más fuerte y hace más probable que se desaten huracanes cada vez más fuertes. Irma no será el último, lamentablemente.

Los huracanes consiguen su energía destructiva del calor del océano, y las temperaturas del agua de la región son super elevadas, como ha explicado Anders Levermann, científico del clima en el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático en sus declaraciones ayer miércoles.

¿Qué hay de extraordinario en estas tormentas? Este año se están batiendo récords. Irma, el mayor huracán registrado en aguas atlánticas, está navegando por las islas del Caribe como una tormenta de Categoría 5, mientras que Houston, Texas, sigue drenando el diluvio de Harvey de hace apenas unas semanas.

Además, hay que tener en cuenta que estas tormentas están extendiendo su rango espacial (Irma es el más oriental en el registro) y temporal (cada vez se registran en un intervalo mayor del año). Hay bastantes probabilidades de que el calentamiento antropogénico en el próximo siglo conduzca a un aumento en la ocurrencia de ciclones tropicales muy intensos en algunas cuencas.

Junto con Harvey o Irma, veremos más fenómenos de estas características. La quema de carbón, petróleo y gas produce cantidades ingentes de CO2 que, por efecto invernadero, calienta nuestro planeta y de esa manera suministra energía para la acumulación de tormentas tropicales cada vez más poderosas.

Todo esto no es, no puede ser, una disquisición científica o un debate político. El hecho es que el cambio climático cuesta vidas humanas. El negacionismo climático, o simplemente la falta de acción, la pagan con su vida o con sus medios de vida poblaciones enteras, en especial personas de clase trabajadora o de menor nivel socioeconómico, inmigrantes, y quienes viven en las zonas más vulnerables.

Escribimos esto mientras estamos recorriendo el norte de España con el barco de Greenpeace MY Esperanza con la “Misión: Salvar el clima”. Estamos denunciando que el cambio climático tiene responsables muy concretos a nivel político y empresarial, y que la solución exige una transformación radical y urgente de nuestro sistema energético para dejar de quemar combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas, que son los causantes principales del cambio climático) y sustituirlos a gran escala por energías renovables y por una manera eficiente y racional de usar la energía.

¿Cuántos huracanes como Irma o Harvey tienen que pasar para que hagan caso?