Y las bombas atómicas no son agua pasada tenemos alrededor de 16.000 armas nucleares, de las cuales 4.500 están listas para diezmar el planeta con poco esfuerzo y rápidamente.



Lograr un mundo sin armas nucleares fue el tema de la primera resolución aprobada por las Naciones Unidas en 1946, pero por otro lado en 1954 creó a la OIEA encargada de promover la energía nuclear, y quizás por ello la ONU todavía no lo ha conseguido. Repasando la historia civil y militar de la industria nuclear se entiende que está pasando mucho mejor.

La tecnología para los reactores nucleares fue desarrollada inicialmente por el ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial con el fin de crear plutonio-239 para las bombas atómicas. Por lo tanto el desarrollo de un programa nuclear civil, ayudaría a la industria militar, y este desarrollo vino de la mano de subvenciones, financiación directa, la investigación y el desarrollo, los contratos garantizados, subvenciones indirectas como la garantía de los mercados, eliminación de residuos, etc. Asimismo, el Congreso de EE.UU. aprobó una ley de responsabilidad que proporcionó protección de responsabilidad sin precedentes para la industria nuclear civil -incluso en caso de negligencia grave y deliberada.

En 1953, Eisenhower pronunció su histórico discurso "átomos para la paz" ante la Asamblea general de las Naciones Unidas para fomentar los usos pacíficos de la energía nuclear, y con tal mandato la OIEA comenzó su andadura. No está claro si había idealismo o propaganda en sus palabras, pero la evidencia es que fue parte de una campaña estratégica de la política exterior para, en primer lugar desviar la atención sobre la acumulación de armas nucleares (la mayor acumulación jamás emprendida por cualquier país), en segundo lugar para modificar la Ley de Energía Atómica de 1946, imprescindible para la nuclearización de las fuerzas de la OTAN; y en tercer lugar para invitar a los gobiernos extranjeros a solicitar el apoyo tecnológico de EE.UU. a cambio de entre otras cosas uranio y torio y acceso a sus mercados. Para muestra basta recordar que cuando Eisenhower asume el cargo, los EE.UU. tenían varios cientos de armas nucleares y en cuando lo dejó "el poder explosivo del arsenal nuclear de Estados Unidos se acercó a 30.000 megatones, el equivalente a diez toneladas de TNT para cada persona en la tierra”.



Desde entonces hasta Obama ha pasado tiempo, pero el arsenal nuclear sigue como el primer día. Obama manifestó su compromiso con el desarme pero mientras el adiós a las armas avanza lento, en los presupuestos para 2017 para programas de modernización del arsenal nuclear solicita la cifra de 1 billón de dólares.

El desmantelamiento nuclear sin duda contribuirá al desarme nuclear porque el trabajo en la energía nuclear civil y militar se parecen a los gemelos genéticos. Los pronucleares afirman que son tipos de reactores diferentes, pero esto no es verdad, se pueden producir Pu fácilmente en cualquier reactor sin disminuir significativamente la eficiencia. Pero mientras esto llega, y aunque el fracaso del proceso del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) es más que evidente, la República de las Islas Marshall en 2014 presentó solicitudes en la Corte Internacional de Justicia en contra de los nueve estados con armamento nuclear, alegando que se han violado sus obligaciones de desarme nuclear en el marco de este Tratado y el derecho internacional consuetudinario. Puede que este otoño la corte Internacional nos de buenas noticias.