Es curioso ver como los intereses de la industria pesquera se mueven hacia los organismos de gestión según les interesa. Evidentemente mirándose como siempre al ombligo y no teniendo una visión más a largo plazo. Lamentablemente ni me he sorprendido ni indignado, cuando la semana pasada leí las declaraciones hechas por los representantes europeos de la industria del atún, la española en particular, donde la flota de palangre de Asia se convierte en el blanco de las críticas del sector atunero español. La industria se está preparando la próxima reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) que tiene lugar esta semana en Malta, donde se esfuerzan por garantizar que las nuevas medidas de gestión para el atún patudo no entren en conflicto con sus intereses. Curioso ver el nuevo interés que a cierta parte de la industria le ha desatado la reunión anual de ICCAT.



Lo normal, hasta ahora, para la reunión de ICCAT, es que la industria se interesase sobre el atún rojo, y pidiese más cuotas. Tranquilidad, este año no se han olvidado de esto, pero la otra industria atunera, la que suele enlatar lo que captura, debido a una falta del recurso se ha ido expandiendo por los océanos y ha acabado en el Atlántico donde su interés no es el atún rojo, sino el atún listado, el rabil y el patudo, los que comemos en lata. No es sólo el número de barcos, sino la eficiencia en la pesca que es cada vez mayor, debido a los sistemas de agregación de peces o FADs. De hecho, hace unos años un barco de cerco de pesca de atún utilizaba unas docenas de estos aparatos, hoy en día utilizan cientos, dejando el mar completamente esquilmado. De hecho, la vanidad va más allá, hay buques españoles que utilizan más de 1.000 cada año.

Los FADs capturan muchos juveniles. El tamaño medio de un atún patudo capturado por un palangrero es de 62 kilos, mientras que el tamaño de un cerquero para la misma especie es de 3 o 4 kilos. Los científicos de ICCAT, aquellos que decían que el atún rojo estaba al borde del colapso y que costó años que las empresas y la administración escucharan para poner un plan de recuperación, dicen que, el stock del patudo y el rabil están sobreexplotados. Su recomendación: que se capture menos y que se reduzca el número de FADs.

Los atunes en el Atlántico están sobreexplotados, no sólo por un tipo de flota, sino por muchas y por todos esos barcos que se están desplazando a este área. Lo que no puede hacer la industria es aumentar la capacidad de pesca, ignorar las recomendaciones científicas y por supuesto, apuntar a otras flotas.

Señalar a otras flotas es algo común. Ya hace más de 10 años, en 2006, cuando se evidenció que el atún rojo estaba siendo devastado debido a la sobrecapacidad de las flotas en el Mediterráneo, ya entonces, la industria fue capaz con la ayuda de la administración y los gobiernos de retrasar un plan de recuperación y de apuntar a una flota de palangre, asiática por supuesto, de pescar de manera ilegal atún rojo. La culpa era de todos, y solo con las medidas de gestión se han visto avances para el atún rojo, pero como siempre una vez más vuelven a apuntar a otras flotas en su afán de conquistar los océanos a través de la sobrepesca.

La lucha para controlar los recursos atuneros continúa. Da igual si hablamos de atún rojo, o si hablamos de otros atunes, la industria al menos la española, como siempre apunta a otras flotas, en vez de buscar un punto común, una gestión sostenible y una reducción de la sobrepesca. Lo que estamos viendo es una carrera cuyo fin es capturar cada vez más peces y acabar machacando a las pequeñas flotas artesanales como el caso del atún rojo, que pase lo que pase en ICCAT con esta especie, ya se verá cómo el Gobierno distribuye la cuota aquí en España.

En el atún o en cualquier especie pesquera, es necesaria una gestión a largo plazo, que tenga en cuenta el ecosistema y que favorezca a aquellos que pescan de manera más sostenible.

Aunque no puedes estar en la reunión de ICCAT, sí puedes elegir un atún sostenible en tu compra estarás ayudando a proteger los océanos.