Esta semana es importante para las ballenas. Porque se está celebrando en Eslovenia la tercera jornada de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). Y en esta reunión, el futuro de las ballenas está en juego.


 
La agenda de este año viene muy apretada, y para los líderes de los países miembros es el momento de demostrar si apuestan o no por la conservación de estos cetáceos tan apasionantes.

Pero, ¿qué se debate estos días en la reunión de Portoroz? Por un lado Japón presenta un nuevo programa, denominado Jarpa III, con el que pretende reanudar la caza de ballenas en el Santuario Antártico. El país nipón tuvo que paralizar la caza tras la reciente sentencia de la Corte Internacional de Justicia, que  declaraba ilegal su programa de caza para fines supuestamente científicos, al quedar demostrado que la carne de ballena acababa siendo explotada comercialmente.

Al mismo tiempo, Nueva Zelanda, el país que llevó adelante la denuncia del programa japonés, presenta en esta reunión de la Comisión Ballenera Internacional una nueva propuesta, que de salir adelante pondría mucho más difícil la expedición de nuevos permisos para caza científica.

Por otro lado, el grupo de países conformado por Argentina, Brasil, Uruguay y Sudáfrica, proponen la creación de un Santuario de Ballenas en el Atlántico Sur. De aprobarse la propuesta, no sólo se dejarían de cazar ballenas en esta región, sino que también se llevarían a cabo otras medidas de conservación de los cetáceos.

En medio de estos días de propuestas, intereses, incertidumbres y esperanzas para las ballenas, una importante noticia nos llegaba desde Bruselas. Y es que los países miembros de la Unión Europea, junto a otros 7 países, incluido EEUU, lanzaban una declaración conjunta en la que exigen a Islandia que ponga fin a su caza de ballenas con fines comerciales, respetando así la moratoria internacional de 1986. Los barcos islandeses han arponeado a más de 770 ballenas en 5 años, al mismo tiempo que ha crecido una fuerte oposición social  y que incluso empresas y gobiernos han llegado a recibir  presiones para que boicoteen los productos islandeses.



Ojalá mañana, cuando la reunión de la CBI llegue a su fin, tampoco sea un día cualquiera para las ballenas. Juntos trabajamos para poder celebrar el fin de su caza comercial y es hora de que los líderes de la CBI tomen las decisiones oportunas para la defensa y conservación de estos increíbles mamíferos.

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