Son las cuatro de la tarde en Durban... y aquí seguimos. La mayoría de los temas técnicos se han ido cerrando y otros se han pospuesto. Pero lo más importante todavía está pendiente. Se trata de la decisión sobre cómo avanzar hacia un tratado legalmente vinculante en el que se incluya a los principales emisores y cuánto debe durar el segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, que debe servir de paso intermedio.

Estados Unidos parece seguir sin querer asumir ningún compromiso legalmente vinculante hasta después de 2020, algo que a China y a India tampoco les parece del todo mal. Los países más vulnerables siguen defendiendo las mejores opciones en el texto, las mismas que defiende Greenpeace y que siguen en juego y hay que mantenerlas ahí para cerrar un acuerdo que, aún siendo de mínimos, sea aceptable.

La cosa no está fácil, EEUU se ha mostrado muy dura en la negociación durante toda la semana y sigue sin dar su brazo a torcer en una posición que, según ha declarado la misma Sectretaria General de Naciones Unidas para Cambio Climático, Cristiana Figueres en unas declaraciones es “trágica”.

“La tragedia de la posición que está adoptando EEUU es que no solo perjudica a este proceso sino que lo peor es que EEUU está capando sus propias posibilidades de liderar en este campo, sus posibilidades de ser un líder en tecnología verde (y, por lo tanto) de generar puestos de trabajo... EEUU está perdiendo el liderazgo en favor de China”.

Llegar a un compromiso con EEUU no solo significa retrasar la acción contra el cambio climático hasta después de 2020, algo que nos impediría mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC que recomiendan los científicos, sino también firmar la sentencia de muerte de millones de personas en el mundo u obligar a los Estados a aumentos millonarios de los gastos climáticos. Todo eso para que el lobby de los combustibles fósiles siga haciéndose millonario.

Pero mientras EEUU negocia para la industria fósil, un grupo de países le planta cara y defiende el clima con uñas y dientes. Las delegaciones de los países menos desarrollados, los países africanos y los Estados isla del pacífico -unos 120 países en total- se han mantenido firmes, atrincherados en favor de las mejores opciones que nos ofrecen los borradores de acuerdo de Durban. En agradecimiento por esta lucha, ayer la sociedad civil realizó una acción de apoyo a estos países: unas doscientas personas escoltaron a sus delegados hasta el plenario entre cánticos de ánimo.

Estos países siguen luchando, hoy a puerta cerrada, por su supervivencia y por el clima y la economía de todos. El tiempo para el clima se acaba y también el de esta cumbre. No podemos permitirnos un nuevo papel mojado y no podemos dejar que EEUU nos empuje hacia él. Ha llegado la hora de la verdad y la UE, que ha proclamado su apoyo a los más vulnerables, debe demostrarlo ahora.

Le hemos pedido a los ministros de la UE que se atrincheren con estos países y que luchen por un buen acuerdo hasta el último momento. Hoy la UE puede demostrarnos de qué pasta están hechos sus ministros. Esperemos que no nos falle.

Por Aida Vila, reponsable de la campaña Cambio climático.
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