Lo prometió y lo cumplió. Naoto Kan, Primer Ministro de Japón, ha dimitido tras la catástrofe de Fukusima, que todavía sigue fuera de control. En la actualidad, la mayoría de las personas en Japón se muestran preocupadas por los impactos de la energía nuclear, no les falta razón, y ese es uno de los motivos por el que sólo 14 de los 54 reactores nucleares que tienen están funcionando.

Pero Kan ha dimitido tras conseguir que se apruebe un proyecto de ley para fomentar las energías renovables, y acabar de este modo con la energía nuclear, garantizando el suministro energético sin aumentar las emisiones de CO2. El proyecto de ley incluye las “primas a las renovables”, como el modelo alemán y español, para garantizar incentivos, por encima de las tasas de mercado.

La ley aprobada por el gobierno de Naoto Kan como base de la transición hacia las renovables, se propone, por ejemplo, conseguir 28.000 MW de potencia mediante paneles solares en 2020, un compromiso casi cuatro veces mayor que el “raquítico” objetivo del borrador del Plan de Energía Renovable presentado por el Gobierno español.

Y es que, a diferencia de su homólogo japonés, Zapatero se va sin haber cumplido sus promesas: no ha hecho efectivo el abandono de la energía nuclear que recogió en su programa electoral, ni ha aprobado la Ley de Energías Renovables que prometió (y que incluso recogió en el texto de la Ley de Economía Sostenible como Ley de Ahorro y Eficiencia Energética).

En su lugar, nuestro Presidente nos deja una propuesta de Plan de Energías Renovables que confirma el frenazo y marcha atrás en el apoyo público a estas tecnologías. Algo muy en la línea del espectacular descenso de las inversiones en renovables que experimenta España según un análisis de la ONU.

El legado de Zapatero también incluye 100 propuestas para frenar el calentamiento global presentadas por el PSOE a la Comisión Mixta Congreso-Senado sobre Cambio Climático este verano, después de ocho años de política energética en sentido contrario y de aprobar, eso sí por Real Decreto, la subvención a la fuente energética que más emisiones genera, el carbón.

“A estas alturas de la legislatura -nos respondían hace unas semanas portavoces del PSOE- ya no da tiempo para más”... Parece que sólo les quedaban cinco minutitos libres, vamos, lo que se tarda en reformar la Constitución.

Raquel Montón y Aida Vila, campaña de energía y cambio climático