Hay una gran mole de hormigón que se quiere construir en los acantilados y los fondos marinos del entorno de Jaizkibel (Pasaia, Gipuzkoa), que curiosamente están protegidos por la legislación ambiental vasca, estatal y europea. Pero para la Autoridad Portuaria de Pasaia, -dependiente del Ministerio de Fomento-, este espacio protegido no es más que una gran parcela (y una gran molestia) para poder ampliar la superficie actual del puerto interior, a un gran puerto exterior. Un puerto exterior que ganará al mar 200 hectáreas y que construirá un dique de abrigo de casi tres kilómetros. Y, agarrense a sus asientos, podría superar inicialmente los 600 millones de euros.
Dentro del abanico de excusas que esgrime la Autoridad Portuaria para justificar tan magna obra, está la de la supuesta regeneración de la bahía de Pasaia, lo que significa tan sólo en la práctica “barrer la basura debajo de la alfombra” eliminando las superficie industrial y energética asentada en el interior de la bahía y asentar el polo energético en este Espacio Natural Protegido de Jaizkibel. Debido a este valor ambiental, el Informe de Sostenibilidad Ambiental redactado por el Puerto está en estos momentos en exposición pública para remitir alegaciones al Ministerio de Medio Ambiente. El propio Ministerio recomienda que se valore la “Alternativa 0”, es decir, la no construcción del puerto y la reordenación del espacio portuario actual para eliminar los focos más contaminantes. Con la Alternativa 0 se elimina el impacto ambiental y por supuesto el elevado coste de la infraestructura exterior. Pero claro, vivimos en un Estado en el que el hormigón y sus subcontratas a empresas amigas asociadas dan unos beneficios muy a corto plazo que benefician a unos pocos. El cuento de la lechera.
A falta de justificación económica del puerto exterior, la Asociación de usuarios del puerto de Pasaia (Giport) están enviando mensajes a multitud de empresas de Gipuzkoa de todos los sectores, incluso a centros de enseñanza, pidiendo apoyo al puerto exterior. Incluso el mensaje va acompañado de un modelo de alegación para firmar por la empresa para que sea remitido como sugerencia al Informe de Sostenibilidad Ambiental.
El modelo de escrito, dirigido a las empresas no portuarias, incluye la solicitud de construcción del puerto exterior manifestando “que la construcción del nuevo puerto deber ser una prioridad dada su incidencia en la industria y en el empleo del territorio que se resentirían notablemente de no realizarse esta infraestructura”, indicando que “esta empresa constituye un agente directamente implicado y afectado”. En el modelo a firmar por los trabajadores, se indica que “el trabajo y sustento familiar del abajo firmante, dependen de la actividad portuaria y en consecuencia se considera directamente afectado”, y que si no se hace el puerto exterior “supone la desaparición de la actividad portuaria y en consecuencia el cierre de las empresas que operan en el puerto y la pérdida de infinidad de puestos de trabajo”. Otra vez el cuento de la lechera.
Esta campaña sólo busca el apoyo desesperado de unos pocos dada la carencia de justificación ambiental y económica del puerto exterior. Una obra que no apoyan los sindicatos de trabajadores/as vascos LAB, ELA, ESK y EHNE. Y lo más preocupante de este cuento de la lechera es que la Autoridad Portuaria cuenta con el apoyo del Gobierno estatal y de los Presupuestos Generales del Estado. Que por cierto, PNV se apresuró en apoyarlos inmediatamente.
“Marchaba sola la feliz Lechera, y decía entre sí de esta manera: Esta leche vendida, en limpio me dará tanto dinero, y con esta partida un canasto de huevos comprar quiero, para sacar cien pollos, que al estío me rodeen cantando el pío, Pío”. Canción popular del el cuento de La Lechera.
- Para más información te invitamos a que visites la web de Jaizkibel Bizirik ¡No al puerto exterior!
Pilar Marcos, respnnsable de la campaña de Costas de Greenpeace