Estamos muy preocupados porque se ha hecho pública una propuesta en el Congreso de Brasil, elaborada por algunos parlamentarios del estado de Amazonas, para reducir en un 39% el área de cuatro Unidades de Conservación, además de eliminar totalmente una de ellas. Son zonas protegidas recientemente, creadas un día antes de la salida de Dilma del gobierno brasileño en mayo de 2016, aunque el proceso para su declaración había llevado bastante tiempo.



Estas 4 áreas protegidas constituyen una zona estratégica ya que forman una barrera al avance de la frontera agrícola (la ganadería y los cultivos de soja) hacia una zona de selva tropical aún bien preservada. Las zonas protegidas están ubicadas por encima de la carretera transamazónica, actuando como barrera para detener la deforestación proveniente de la dicha carretera y desde el sur del Estado de Amazonas.

Algunos de mis colegas de Greenpeace Brasil han estado sobrevolando en avioneta varias áreas de la Amazonia donde algunos congresistas brasileños proponen cambiar su estatus de protección. Durante el sobrevuelo de estas áreas, donde los congresistas brasileños tienen planes especiales, nuestros colegas han podido constatar que existía una pequeña presión en los alrededores de la carretera transamazônica que cruza la zona por el sur; también hay algunos asentamientos y también alguna explotación de oro. En una de las áreas protegidas (Flona de Aripuanã) pudieron ver algunos caminos, indicando que existe una idea de iniciar granjas allí, algo ilegal ya que esas tierras pertenecen al Ministerio de Medio Ambiente desde 2014.



Por lo tanto, hay signos de avance de la actividades económicas que son la antesala  de la deforestación. Pero durante el sobrevuelo pudieron observar extensiones y extensiones de selva tropical amazónica contínua.

Estos diputados están pidiendo al actual presidente, Michel Temer, que envíe una propuesta de ley o una enmienda temporal para ser votada y aprobada por el Congreso Nacional para disminuir la superficie de estas áreas protegidas. Y dados los antecedentes, existe la posibilidad de que Temer haga lo que le piden. Ya a finales del pasado año, el Presidente Temer redujo la superficie del Bosque Nacional Jamanxin, un área protegida creada en 2006 para mitigar el impacto del asfaltado de la carretera BR-163. Las consecuencias han sido que el terreno ha sufrido el impacto de los invasores de tierras.

La reducción de las áreas protegidas se está convirtiendo en una tendencia que amenaza aún más a la Amazonia, porque esta reducción de los límites de las áreas protegidas estimula el ciclo de destrucción. En los dos últimos años, la deforestación ha ido aumentando en la Amazonia, poniendo no sólo en riesgo la conservación de la mayor región tropical del mundo, sino la protección de los derechos indígenas o la consecución de los objetivos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático.

Ahora Temer tiene encima de su mesa la propuesta que pretende reducir 2,6 millones de hectáreas protegidas a a 1,6 millones, una reducción de 1 millón de hectáreas. ¿Le vamos a dejar hacerlo?