El sistema energético europeo se encamina a un conflicto creciente entre la generación basada en energía nuclear y carbón y la basada en las energías renovables. Queda claramente de manifiesto, hoy más que nunca, con las situación de alta dependencia energética que tiene la Unión Europea y que el conflicto en Ucrania ha traído a la agenda pública.



En total, la UE gastó 545 mil millones de euros en importaciones de energía en 2012 (421 mil millones de euros netos). Rusia representa aproximadamente un tercio de las importaciones de carbón, petróleo y gas.

Para lograr cortar la dependencia energética externa, y no destruir el planeta en el proceso, la UE tiene que contar con la única opción que no requiere de materias primas contaminantes ni importadas: las energías renovables.

Pero esto implica otro reto, tenemos que ser capaces de integrar grandes porcentajes de energías renovables en nuestras redes de transporte si queremos alcanzar esta meta. Pero  ¿cómo  hacemos esto?, ¿es tecnológicamente posible? ¿se puede garantizar un suministro estable? y si es así ¿cuánto nos va a costar a los ciudadanos europeos?

Para contestar a estas preguntas, desde Greenpeace lanzamos el informe  [R]evolución en las redes 2030, Una red europea renovable para 2030

Este informe se basa en dos estudios previos, producto de la colaboración entre la consultora Energynautics y Greenpeace. Para el primero de ellos, [R]enovables 24/7, de 2009, se desarrolló un modelo de red europea para investigar qué actualizaciones de red requeriría el funcionamiento de un sistema eléctrico con un 90% de suministro de energía renovable en Europa para 2050. En el segundo informe, La batalla de las redes de 2011, se analiza el conflicto entre la generación renovable variable y la generación rígida proveniente de energías sucias.

Este tercer informe analiza tres escenarios de integración europea:
1. El Caso de la [R]evolución Energética: todos los paises del análisis (27 Estados miembros de la UE más Noruega y Suiza) tienen un plan 100% renovables para el año 2050.
2.  El Caso de Referencia se basa en el escenario tendencial en el que se continúa con la curva de crecimiento actual.
3. El Caso de Conflicto ilustra lo que ocurre si las centrales eléctricas inflexibles de carbón y nucleares se mantienen en el sistema en Francia, la República Checa y Polonia, mientras que las capacidades flexibles del viento y el sol se incorporan en otros países.

Los resultados del informe son claros, se puede integrar un alto nivel de renovables en el sistema eléctrico europeo tan solo con modestos cambios en la red de transporte. Con niveles similares de inversión en infraestructura de red a aquellos ya programados por los operadores de las redes, Europa puede cubrir hasta el 77% de su carga eléctrica con renovables para el 2030. Pero para esto es fundamental que los Gobiernos acuerden un marco ambicioso sobre clima y energía para 2030, que establezca una dirección clara para el futuro del sistema eléctrico europeo basado en la energía renovable y en la eficiencia energética.

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