No tengo ninguna duda de que este desafío lo vamos a ganar. Por el bien de las abejas, del nuestro, de las generaciones futuras y del planeta en general. Pero hasta alcanzar la victoria algun amargo de boca vamos a tener que tragar.


Precisamente hoy se ha publicado un nuevo estudio científico que encontró insecticidas neonicotinoides en muestras de miel de todo el mundo. Al menos uno de los neonicotinoides acetamiprid, clotianidina, imidacloprid, tiacloprid o tiametoxam fueron encontrados en el 75% de las casi 200 muestras analizadas. 45% de ellas contenía entre dos y más neonicotinoides y 10% incluso cuatro o cinco. El 86% de las muestras norteamericanas estaban contaminadas, el 80% de las asiáticas y el 79% de las europeas. El imidacloprid fue el neonicotinoide más frecuentemente detectado y se encontró en el 51% de las muestras. Cinco de las siete muestras recogidas en España también contenían neonicotinoides y el imidacloprid, pese a estar restringido su uso en la UE, también fue el más detectado.

Pero, estos resultados no son una gran sorpresa. Los neonicotinoides son los insecticidas más utilizados en el mundo y por ello están presentes en la miel como en muchos otros alimentos. Pero, también es verdad que una cada vez más abrumadora evidencia científica muestra cuán peligrosos son para las abejas y otras especies. Las abejas son uno de los eslabones más pequeños de la cadena trófica y de la biodiversidad y si están expuestas a los plaguicidas es normal que los encontremos en la miel y en otros productos de abejas, como el polen.

Pero, los neonicotinoides son sólo uno de los "ingredientes" invisibles de nuestra comida y no hay exposición humana segura a estos productos, más aún cuando nosotros, como las abejas, estamos expuestos diariamente a un auténtico cóctel químico.

Este nuevo estudio es una pieza fundamental para subrayar, una vez más, la necesidad de una prohibición total y urgente de los neonicotinoides, pero también de que tenemos que empezar a eliminar progresivamente todos los plaguicidas químicos y avanzar decididamente hacia la agricultura ecológica. Todos estamos perdiendo mientras se siguen comercializando estos productos. Bueno, todos, todos no. Las grandes trasnacionales de los agroquímicos siguen llenándose los bolsillos.

Los autores han concluido: "(...) la contaminación [con neonicotinoides] confirma la exposición de las abejas y sus ambientes a estos plaguicidas, a pesar de algunos esfuerzos recientes para disminuir su uso.”

Uno de los esfuerzos recientes fue el llevado en la UE con la prohibición parcial de tres neonicotinoides en 2013. Ante la nueva evidencia científica, la Comisión Europea puso sobre la mesa en marzo de este año una nueva propuesta para prohibir casi totalmente estos insecticidas, sin embargo parece no haber urgencia para tomar una decisión.

Desde luego a Greenpeace le parece urgente tomar esta decisión y sobretodo nos parece fundamental prohibir totalmente estos insecticidas y definir, de una vez por todas, una hoja de ruta para abandonar gradualmente pero totalmente todos los plaguicidas químicos.

Nos puedes ayudar a que se eliminen de una vez por todas a los neonicotinoides de nuestros campos. Firma esta petición. Te lo agradeceremos nosotros y seguro que también las abejas y las generaciones futuras.