En esta ocasión, como muchas otras veces, nos hacemos esta pregunta sobre la Junta de Andalucía. Ayer, la UE, a través de una comisión del Parlamento Europeo, ha recomendado al Reino de España que lleve a cabo un estudio epidemiológico en el Campo de Gibraltar para conocer cuál es la vinculación entre la industria y el alto índice de mortalidad por cáncer de los habitantes de la zona, la mayor de España.

Esta no es una demanda nueva, aunque sí el demandante, el Parlamento Europeo. Han sido los grupos ecologistas de España y Gibraltar los que han solicitado ayuda en Europa. Lo hicieron en 2007, después de que la Junta hiciera oídos sordos a las peticiones no sólo de los ecologistas, sino de grupos científicos como el CSIC o del propio Defensor del Pueblo Andaluz. Ante este abandono, los ecologistas se fueron a buscar el respaldo más lejos, a Bruselas. Pues les ha salido bien y, de nuevo, la Junta de Andalucía ha quedado en entredicho.

En 2009, la Comisión Europea envió un requerimiento por escrito a España, ya que había detectado una exposición sistemática de la población de esta zona a unos niveles de contaminación atmosférica excesiva, por encima de los niveles que establece la ley.

Ya nadie duda de que en el Campo de Gibraltar hay afecciones graves a la salud pública. Y por el momento nadie ha podido descartar a la industria como principal causa de la mayor mortalidad por cáncer. Tampoco la Junta. Aunque no hagan otra cosa que repetir eso de que no de uno, sino “hasta seis estudios epidemiológicos” ha realizado la Consejería; la gente de Campo de Gibraltar sigue muriendo más de cáncer. La Consejera, María Jesús Montero, no puede afirmar que la mortalidad es “fruto de historias de salud pasadas”, porque es una declaración irresponsable, porque no lo sabe y porque tiene una asignatura pendiente que no puede soslayar sin que se evidencie que su interés no es proteger la salud pública.

Un dato que puede alimentar el debate: un nuevo plan de ordenación para la zona pretende recalificar terrenos con el fin de facilitar el desarrollo de más industria para el Campo de Gibraltar, ya de por si la zona más industrializada de Andalucía y con grandes iconos de contaminación como la Refinería de Cepsa o Acerinox.

Hace poco, tras el sondeo sobre intención de voto que daba vencedores al PP, Griñán decía que el gobierno andaluz iba a acercarse a la ciudadanía. Aquí tiene una oportunidad de demostrar a la ciudadanía andaluza que está cerca de ellos. ¿Va a llevar a cabo un estudio epidemiológico que establezca las causas de los problemas de salud en el Campo de Gibraltar? ¿Tomará medidas para subsanarlos? ¿Qué intereses defiende la Junta de Andalucía? Y sobre todo, ¿para quién gobierna?

Sara del Río, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace