Islas Svalbard (Ártico)/ J.L de Uralde
Islas Svalbard (Ártico)/ J.L de Uralde

Dice la leyenda que cuando Dios terminó de crear el mundo, le sobraron algunas piedras. No sabiendo qué hacer con ellas las tiró cerca del Polo Norte. Esas piedras formaron lo que hoy se conoce como islas Svalbard, una auténtica joya de la Naturaleza salvaje. En ellas encuentran su hábitat especies tan emblemáticas del Ártico como el oso polar, la morsa, focas o la beluga.

Esperaba una bofetada de frío al llegar a Svalbard, pero ha sido más bien una caricia suave. El Arctic Sunrise de Greenpeace espera en el muelle a la llegada del nuevo equipo. Después de un largo verano de cuatro meses documentando e investigando los impactos del cambio climático en el Ártico. La tripulación ya está cansada, aunque con la sensación de haber hecho un buen trabajo.

El animal que está presente de manera constante en Svalbard es el oso polar. Su presencia se deja sentir, ya que aquí hay una población de entre 2.000 y 3.000 ejemplares. Estamos en unas islas ubicadas en el medio de una línea imaginaria que uniría el continente europeo y el Polo Norte. Un lugar único que, al estar bañado en el sur y el oeste por las aguas más cálidas de la corriente del golfo, alberga una Naturaleza espectacular. Por su cercanía al Polo debiera tener unas condiciones climáticas mucho más extremas, pero esas aguas más templadas hacen de ella un refugio maravilloso de vida salvaje.

Se trata del Punto Cero de los estudios sobre el cambio climático, ya que aquí se sienten sus efectos de manera única. Por más que pueda parecer anecdótico, el mosquito – si ese insecto tan picador – se hace cada vez más presente, al producirse cada verano más días en que se alcanzan los siete grados- ¿Anécdota? No. Síntoma.

Si el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas advertía el lunes de que las cosas están yendo peor de lo previsto en materia de cambio climático, y que el clima se está deteriorando a pasos agigantados, el martes se conocía el estremecedor informe del Hadley Center en el que se advierte nuevamente de las consecuencias de continuar como hasta ahora. Si los científicos nos han advertido de que debemos evitar a toda costa un aumento de dos grados de las temperaturas medias globales, el Hadley Center avisa de que al ritmo actual vamos a un aumento de cuatro grados....


En concreto para el Ártico este aumento medio puede suponer que las temperaturas podrían crecer 15,2 grados, podemos imaginar qué supondría para la Península Ibérica. Además, ello podría darse en el plazo de una generación. ¿Cómo podemos dejar que esto ocurra sin hacer nada?


Es urgente que se adopten medidas. Greenpeace está movilizando todos sus recursos, por eso estamos aquí. Pero...qué hacen los gobiernos. Faltan menos de 70 días para la Cumbre de Copenhague, y todavía no hay compromisos. Mientras Obama corre a Copenhague para llevarse los Juegos Olímpicos, parece huir del problema del cambio climático. La Unión Europea ha perdido su liderazgo de antaño.

Esta campaña de Greenpeace es un nuevo grito al mundo para que se movilice. Que no tengamos que lamentarnos y decir aquello de.....”por que no hicimos algo cuando podíamos haberlo hecho.

Desde las islas Svalbard, Juan López de Uralde, director de Greenpeace España