¿Puede la burocracia frenar incluso el Sol? Definitivamente sí, y no ocurre sólo en España con el famoso impuesto al Sol y todas las barreras administrativas, cambios retroactivos y zancadillas varias para el que quiera aprovechar la luz del astro. Sin embargo, hay historias motivadoras y os quiero contar algo que está pasando en mi país de origen, Italia.



Las pequeñas islas italianas famosas por el sol y el viento producen en realidad la casi totalidad de su energía con el petróleo, al igual que muchas de las islas en España. Una energía vieja, contaminante y también muy cara ya que todos los consumidores italianos pagan unos 60 millones de euros al año para mantenerlas.

Es hora de cambiar esta situación y por el 30 aniversario de Greenpeace Italia hemos decidido no apagar unas velitas sino encender el Sol en las islas. Y hemos empezado por Lampedusa.

Lampedusa no es sólo una isla bellísima, también es un símbolo de hospitalidad para tantas personas que huyen de las guerras. Guerras a menudo causadas por el petróleo, el mismo petróleo que se usa para producir energía sucia.

Al contrario, el sol es una energía limpia y símbolo de esperanza. Por esta razón hemos querido intervenir para facilitar una instalación fotovoltaica de 40kW en Lampedusa que la burocracia del Gobierno italiano está impidiendo. De esta manera todos los ciudadanos italianos se ahorrarán 200.000€ y el medio ambiente unas 300 toneladas de CO2 (equivalente a las de un coche que recorre un millón de kilómetros) cada año.

Todo está listo en Lampedusa para realizar la instalación pero, a causa de la larga burocracia necesaria para obtener todos los permisos, ha sido imposible para la isla realizarlos todos en el escaso tiempo que había dado el Ministerio de Desarrollo Económico italiano para pedir los fondos dispuestos para proyectos como este. Así que el dinero está listo en el Ministerio pero queda ocioso en Roma por la burocracia impidiendo de facto el proyecto.

Para sortear este absurdo y que Lampedusa pueda liberarse del petróleo, pedimos a los italianos que donasen una pequeña aportación y así cubrir los 30.000 € necesarios para realizar el proyecto. La respuesta ha sido abrumadora: en tan sólo 15 días Lampedusa tenía los fondos necesarios.

Un gesto solidario y concreto de casi 1000 personas que muestra cómo los italianos están hartos del petróleo y aún más de que las barreras burocráticas sigan impidiendo proyectos lógicos como este que podrían tener impacto positivo social, económico y ambiental.

Una isla 100% renovable y libre de petróleo no es una utopía sino un proyecto realizable. ¿Te suena? Canarias también podría serlo en tan solo 35 años tal y como hemos demostrado en nuestro último estudio [r]evolución energética para las islas Canarias. Pero tanto en Lampedusa, como en Canarias y la península, levantamos la alarma contra los efectos devastadores de la burocracia, las trabas administrativas y económicas innecesarias que frustran la ciudadanía deseosa de participar en la necesaria transición energética.

Junto a 1000 ciudadanos estamos encendiendo el sol en Lampedusa; bastaría poco para poderlo hacer en todo el planeta tan sólo eliminando las barreras a las soluciones lógicas y sostenibles.

Hoy, aunque quede mucho por alcanzar un futuro 100% renovable, gracias a 1000 personas, el camino es un poquito más breve... y más luminoso.