Instalaciones de fracking. No al fracking

Continúan las promesas de los promotores del fracking, con el apoyo sin tapujos del Gobierno. Su mensaje es claro y directo. Si finalmente decidimos abrirnos a esta industria nos aseguran grandes ventajas económicas, de empleo y de independencia energética.  Incluso estos beneficios serían también para el medio ambiente como forma de combatir el cambio climático.

Estas promesas de prosperidad y riqueza no han dejado indiferente a nadie. Unos, políticos entre los que se encuentra en primera fila, el actual ministro de Industria, Energía y Turismo de España, han caído en estos cantos de sirena. Otros, el resto de la sociedad civil, harta de ser engañada y utilizada, se han organizado para denunciarlo y rechazarlo.

Este movimiento ciudadano ha propiciado ya que varias provincias españolas y más de 400 municipios se declaren libres de fracking. Seis Comunidades Autónomas han legislado para protegerse de la fractura hidráulica: Andalucía, Cataluña, La Rioja, Navarra, Cantabria o Asturias. Euskadi, donde estarían las mayores reservas, está también en proceso de legislar en contra del fracking.

Esto está haciendo reaccionar a la industria y al Gobierno. Los primeros con la presentación de un informe en el que prometen hasta 755.000 empleos si convertimos nuestros campos, montes y prados en la Meca de la explotación de los hidrocarburos. Aunque nada dicen en ese documento de las repercusiones económicas que tendría  un accidente (más que posible como se ha demostrado en EEUU), con vertidos y contaminación de aguas superficiales/subterráneas y sobre las posible afecciones a la salud.

Los segundos, el Gobierno, recurriendo ante el Tribunal Constitucional las leyes autonómicas que prohíben en sus territorios el fracking, como es la ley de Cantabria o de La Rioja.

Lo que queda claro es que lo que realmente se esconde detrás del fracking es una cuestión puramente económica, con beneficios solo para unas cuentas empresas. Por eso, hoy también pedimos que el fracking sea descartado definitivamente. Ni en la Cuenca del río Segura y la Región de Murcia, ni en Cantabria, ni en La rioja, ni en ningún otro lugar. Es el momento de ponerse manos a la obra con las energías renovables y sacarles todo el potencial que tienen en España y en el resto del mundo, la sociedad así lo pide.

Julio Barea (@juliobarea) responsable de campaña de Greenpeace España

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