Desde hace décadas se viene denunciando los potenciales efectos dañinos del glifosato para la salud humana, pero nunca se han llegado a tomar medidas. El resultado: millones de hectáreas de tierras de cultivo, los parques y las aceras rociados con glifosato cada año en todo el mundo.



El glifosato es un herbicida de amplio espectro que fue, por primera vez, comercializado por Monsanto con el nombre de Roundup en la década de 1970. Desde que su patente caducó en el año 2000, numerosas compañías producen hoy glifosato con diferentes nombres comerciales, sin embargo el Roundup de Monsanto sigue siendo el herbicida más vendido en el Mundo y reporta a la compañía unos beneficios astronómicos. En 2014, la venta de Roundup ha representado un tercio de las ventas totales de Monsanto.

Según la propia Monsanto, en Europa, existen actualmente más de 2000 productos autorizados que contienen glifosato. En España, existen actualmente 125 productos autorizados. Este herbicida se utiliza ampliamente tanto en la agricultura, como en la silvicultura y la jardinería, por ello estamos expuestos a él tanto a través del aire que respiramos, del agua como de los alimentos que comemos.

Pero, el castillo de arena de Monsanto y de la agricultura industrial en general se empieza a desmoronar. Recientemente, la Organización Mundial de la Salud, ha clasificado el glifosato como “probablemente cancerígeno para los seres humanos”.  También se sospecha que actúa como un disruptor endocrino y que es tóxico para la reproducción.

Lamentablemente, son los agricultores, esos que nos dan de comer cada día, las principales víctimas de estos venenos, que solo aportan grandes beneficios para unos pocos. Si quieres más información de como los plaguicidas afectan a nuestra salud, las vías de exposición y los grupos de riesgo, recomiendo que te leas “Los plaguicidas y nuestra salud: una preocupación creciente” un informe que Greenpeace presentó el pasado martes.

La autorización para el uso del glifosato en la UE termina el 31 de diciembre de 2015 (curiosamente, en España, existen unos cuantos productos autorizados hasta ¡2017!), por lo que se encuentra en un proceso de reevaluación. En este proceso es fundamental que se tenga en consideración la investigación de la OMS y se determine una hoja de ruta para su prohibición.

Ante esta amenaza para la salud humana y los ecosistemas nosotros lo tenemos claro: hay que prohibir el uso del glifosato, y demás plaguicidas químicos de síntesis, y apostar por la agricultura ecológica. ¿Y tú?

¿Qué puedes hacer tú?
- Di ¡No al glifosato! Firma para exigir la prohibición del glifosato en nuestros campos, parques y alimentos.