Hace cinco años, el Rainbow Warrior navegó a lo largo de la costa de Fukushima para tomar muestras de radiación. Ahora ha vuelto, y el ex primer ministro de Japón va a bordo.



España se encuentra a más de 10.000 km de Japón, pero tenemos cosas en común. No tenemos solución para los residuos nucleares, y la unidad 1 de Fukushima Daichi es igual que el reactor nuclear de Garoña. Estamos a las puertas del quinto aniversario de la catástrofe nuclear de Fukushima Daiichi, y este es un claro recordatorio de que no importa donde estés o lo lejos que estés, la energía nuclear tiene un impacto local y global.

Recuerdo escuchar la radio el 12 de marzo de 2011, estaba en el coche, y oí a mi compañero explicar la gravedad de lo que estaba pasando en Japón. Tras décadas de campaña de Greenpeace contra la energía nuclear, en el fondo sabía que un accidente catastrófico era sólo cuestión de tiempo. No habían pasado ni unas horas cuando la noticia de que el reactor 1 había explotado se extendió por todo el mundo, horas más tarde lo hacía el reactor 3, y luego el 2.

Una imagen de satélite muestra los daños en la central nuclear de Fukushima I que fue causado por el terremoto en alta mar el 11 de marzo de 2011.

Entonces Greenpeace Japón envió un equipo a la zona de evacuación de Fukushima para llevar a cabo pruebas de radiación independiente, y los investigadores en el Rainbow Warrior 2, equipado con trajes químicos, recogieron algas de los alrededores para usar como muestras. Nuestros resultados dieron lamentablemente, como era de esperar, altos niveles de contaminación. Posteriormente, también encontramos que  la radiación continua , y no es seguro permitir que las personas regresen  a estas zonas en Fukushima.


 
En esta ocasión no voy en el coche escuchando noticias, estoy en Japón a bordo del Rainbow Warrior y en esta ocasión con el ex primer ministro de Japón, Naoto Kan, convencido antinuclear desde entonces. Realmente es un privilegio escuchar lo que ocurrió en las primeras horas y días del accidente en marzo de 2011, así como el interés que muestra por la investigación que estamos llevando a cabo. A medida que el Rainbow Warrior se acerca a unos 2 km de la central nuclear los sentimientos son profundos y surrealistas.

Desde la cubierta se pueden ver los tanques de acero que contienen cientos de miles de toneladas de agua contaminada; los cuatro reactores ahora protegidos detrás de las eventuales estructuras, en un esfuerzo para evitar en alguna medida que el material radiactivo sea liberado a la atmósfera; y dentro de los mismos reactores se encuentran cientos de toneladas de combustible del reactor fundido para las que no hay planes creíbles respecto a su gestión.

Pero hay una razón más por la que el Rainbow Warrior está aquí. Un buque de investigación de Greenpeace Japón, está llevando a cabo controles de radiación marina bajo el agua dentro de un radio de 20 km de la planta de Fukushima Daiichi, junto al Rainbow Warrior que actúa como barco de campaña. Greenpeace tiene el objetivo de favorecer la comprensión de los impactos y amenazas en el futuro de la energía nuclear y, en particular, el accidente nuclear de Fukushima Daiichi.

Para el Sr. Naoto Kan, que era el Primer Ministro de Japón cuando se produjo el desastre, este viaje es personal y político. Desde 2011 ha dicho públicamente estar en contra de la industria nuclear, que junto a millones de personas japonesas que se oponen a la energía nuclear, pero el actual gobierno hace "oídos sordos”, igual que el actual gobierno de España. La administración del actual Primer Ministro Abe, que está tratando desesperadamente de salvar a una industria nuclear en crisis, con la oposición de la mayoría de los ciudadanos, y acosado por enormes obstáculos técnicos, financieros y legales, hace un esfuerzo que creo que está condenado al fracaso.



Pero hay esperanza. Al igual que las muchas comunidades en todo el país están cambiando a proyectos de energía renovables innovadoras, Kan sabe que la energía nuclear debe ser enterrada en el pasado. Las energías renovables en Japón están aumentando. En 2015, la energía solar instalada recientemente ha generado unos 13 TWh - más que los dos reactores de Sendai en el sur de Japón que se reiniciaron ese año, y que junto con el de Takahama son los únicos en funcionamiento de los 54 reactores que tenía Japón en 2011.

En el caso de Japón un sistema 100% renovable es urgente, pero también lo es en España, no sólo porque mantener la energía nuclear cuando hay opciones más seguras no es ético y porque no existe solución para los residuos con o sin accidentes, sino porque además es la única fórmula verdaderamente probada y válida para combatir el cambio climático y alcanzar los objetivos firmados en la cumbre de París.

Shaun Burnie es un experto en energía nuclear en Greenpeace Alemania y Raquel Montón es responsable de la campaña antinuclear en Greenpeace España.

¿Qué puedes hacer tú?

Firma para pedir que en España no se amplíe la vida de las centrales nucleares más antiguas y vayamos a un modelo renovable.