Solo nos acordamos de Santa Barbará cuando llueve por eso es difícil recordar las víctimas de algo que empezó hace 26 años, y porque hoy es el aniversario del accidente nuclear en Chernóbil es nuestro compromiso con el recuerdo a las personas que lo sufrieron, lo sufren y lo sufrirán.
Mientras se están elaborando pruebas de resistencia a las nucleares por parte de los organismos reguladores por todo el mundo, precisamente hoy denunciamos el uso que algunos de ellos han hecho de la catástrofe de Chernóbil. Estos organismos manipulan la información al servicio de los intereses de la industria, en vez de vigilarla para proteger a las personas, como muestra Chernóbil que ha sido utilizado para intentar minimizar el alcance del accidente de Fukushima. Vamos con los datos.
El 12 de abril de 2011, el consejo de seguridad nuclear japonés (NISA) emitió un comunicado para elevar la calificación en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES) de 5 a la mas elevada que es 7. Esta equivalencia es un problema para algunos organismos como la OCDE que pretenden cambiar la escala para evitar esta desagradable coincidencia. Pero es aquí cuando se hace del defecto virtud, y aprovechándose que en la normativa INES solo se contabilizan las emisiones a la atmósfera, y no las que se vierten al océano, el organismo regulador dice en el titular de su comunicado que las emisiones de Fukushima son solo el 10% de las de Chernóbil. ¿Verdad que impresiona la capacidad de convertir la información del aumento de la gravedad de la situación en un alivio?
Los datos que aportan son que en Fukushima se estima una emisión entre 370.000 Tera Bq muy alejados de los 5.200.000 Tera Bq de Chernóbil, puede ser que TeraBq no sea una palabra de uso común en nuestro vocabulario, pero lo importante es el número, y este se ve que es mucho menor en Fukushima. Sin parecer pesada, vuelvo a decir que no se incluye las emisiones al océano, ni las de otros isótopos.
Aportemos algo mas de información, el organismo francés IRSN publicó el 22 de marzo de 2011 una evaluación de la radiactividad emitida por la central de Fukushima Daiichi, hasta ese mismo día, informaron que la emisión de gases nobles es de 2.000.000 Tera Bq. Las cifras de la organización austriaca ZAMG se acercan más al 20%, y para Atmospheric Chemistry and Physics (ACP) al 40%, y añade que es la mayor fuga de xenon-133 de la historia, 2,5 veces más alto que en Chernóbil, y que afortunadamente para los japoneses, el 80% fue a parar al océano, contribuyendo a la contaminación marina.
El paso del tiempo no acaba con la radiactividad, ni con la desgracia de las personas, lo único que hace es reforzar sin límites los argumentos de todos aquellos que pedimos el el cierre de las centrales nucleares.
Raquel Montón (@raquelmonton) responsable de la campaña nuclear de Greenpeace