La pasada semana George Bush sentó a su mesa a los máximos representantes de los países más contaminadores del mundo para hablar de cambio climático. Una vez perdida en todos los ámbitos la batalla del negacionismo, que tan intensamente han desarrollado Bush y sus amigos, ahora busca una salida, pero sin asumir acuerdos de reducción de emisiones contaminantes en el marco de las Naciones Unidas (es decir, Kioto, y el tratado que le suceda).

La sociedad norteamericana es muy compleja, y en su mayor parte no comparte los planteamientos de Bush respecto al medio ambiente. Para muchos de sus ciudadanos las cuestiones ambientales ocupan un lugar destacado en sus preocupaciones. De hecho, una encuesta de la empresa IPSOS hecha pública hace unos días muestra que hasta un 84% de la población de ese país está convencida del aumento progresivo de las temperaturas del Planeta. Teniendo en cuenta las intensas campañas que los llamados "escépticos" han desarrollado a través de los medios de comunicación de aquel país, puede considerarse que han fracasado espectacularmente: el cambio climático preocupa a la población.

Sólo en este contexto puede explicarse que Bush haya cambiado su discurso escéptico. Sin embargo, su estrategia sigue persiguiendo el mismo fin: evitar un acuerdo global multilateral para hacer frente a la necesidad de reducir las emisiones. Ya vimos en Irak lo que Bush y los neocon gustan hacer con el multilateralismo. Así que nuevamente busca amigos que le acompañen, aunque afortunadamente, parece que con poco éxito.

Pensar que la acción voluntaria de las empresas conseguirá que se reduzcan las emisiones de CO2 es absurdo. En ningún campo ambiental se han conseguido avances relevantes dejándolo a la libre acción de las empresas, y la experiencia así lo demuestra una y otra vez.

Por otro lado la respuesta al cambio climático tiene que ser global, y sólo un organismo multilateral puede coordinar ese esfuerzo necesario. Hasta la revista liberal The Economist llamó hace unas semanas en su editorial a un acuerdo mundial que establezca límites a las emisiones de gases de efecto invernadero. No hay otra salida, y además es urgente avanzar en ella.

Juantxo López de Uralde.
Director ejecutivo de Greenpeace España

- Blog publicado en Elmundo.es
- Campaña de Cambio Climático en la web de Greenpeace
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