Para alguien que forma parte por primera vez de la tripulación de un barco de Greenpeace cualquier acción es llamativa, por cotidiana y rutinaria que pueda ser para sus habituales tripulantes.
Lo que es realmente sorprendente, para cualquiera, es tener un helipuerto a bordo. Durante una semana, estaba previsto que viéramos al helicóptero despegar puntualmente dos veces al día, a las 06.00h y a las 20.00h. Los miembros del ICM-CSIC habían marcado esos momentos del día como los más propicios para la búsqueda de medusas próximas a la superficie.
Y no lo habían elegido al azar, estos organismos realizan migraciones verticales diarias. Lo que les lleva a estar en profundidad durante el día y en superficie durante las horas sin luz. Pero los resultados obtenidos durante estos dos días, cumpliendo ese horario, ha llevado al personal del ICM-CSIC a cancelar la salida de las 06h de la mañana.
La razón es que, a pesar de ser una hora intempestiva para nosotros, es muy tarde para que las medusas se paseen por la superficie. Hay demasiada luz y pueden ser vistas con más facilidad por los depredadores.
Ahora, los científicos desarrollarán su jornada de investigación durante la noche. Comenzarán con las inspecciones desde el aire a bordo del helicóptero al atardecer. Continuarán durante la noche con varias tareas: Avistamientos continuos desde la borda y pesca de zooplancton.
¡Todos en alerta si los científicos encuentran medusas! Y no porque nos vayan a picar, sino porque necesitarán de la colaboración del personal que vamos a bordo.
A partir de ese momento nos acercaríamos en zodiac al banco de medusas avistado. Y comienza la acción. Intentaríamos delimitar el tamaño del enjambre. Estimar el número de medusas que lo componen y tomar alguna muestra para estudio.
Así, estos científicos que nos acompañan en el Arctic Sunrise podrán obtener resultados que nos den una idea del tipo de población, su reproducción, y principalmente, de qué se alimentan. Para ellos también es una gran oportunidad para confirmar o desechar la hipótesis de que las larvas de peces, como el atún rojo, forman parte de la dieta de estas especies de medusa, ya que coinciden en este área del Mediterráneo, en el espacio y el tiempo.
Esta colaboración de Greenpeace con el ICM-CSIC ayudará a tratar de dimensionar las poblaciones reales de medusas en su hábitat y no cuando llegan a costa, donde irremediablemente, mueren.
A bordo del Arctic Sunrise, Diego Valor, editor web de Greenpeace