Imagina que los incendios forestales en nuestro país fueran financiados por una entidad financiera de la “Marca España”. Imagina que tus ahorros o tu pensión estuviera siendo utilizada para convertir los bosques autóctonos españoles en madera para fabricar pasta de papel. Deja de imaginarlo, es real. El Banco de Santander lo hace, pero no en España, sino en Indonesia.


 
Como aquí, en Indonesia la temporada de incendios forestales no ha hecho más que empezar y una vez más la gran humareda se propaga rápidamente desde Singapur a Tailandia, amenazando el clima global y generando un problema de salud pública a nivel regional.

Una de las empresas que está detrás de estos incendios es la empresa papelera APRIL, la segunda mayor empresa de celulosa y papel de Indonesia y el principal responsable de la deforestación causada por este sector. Pero APRIL sabe ya que a medida que los incendios forestales se intensifican, habrá muchas miradas acusatorias hacia su actividad. A principios de este año, APRIL puso en marcha una Política de Gestión Forestal Sostenible acompañada de una serie de blogs que mostraban una empresa social y ambientalmente responsable. Pero era un farol.

APRIL considera “reforestación” a sustituir selva tropical por un monocultivo destinado a la producción de madera para pasta de papel. El pasado mes de mayo, Greenpeace visitó una concesión de esta empresa en la isla de Padang, en Sumatra, lugar poblado por una densa selva tropical implantando en suelos turbosos de gran profundidad. Pese a su política y sus evaluaciones, la empresa no había considerado esta zona “bosque de alto valor de conservación", y por tanto no apta para ser talada. Es un hecho que las evaluaciones de APRIL no son públicas, y por tanto no es posible para las ONG verificar o realizar un seguimiento de sus compromisos.

Aquí no acaba todo. APRIL dice que ha prohibido la utilización del fuego en sus concesiones desde hace 20 años. Pero las zonas de turbera drenadas por esta empresa funcionan como un polvorín y de hecho suponen un grave problema para el clima global. Indonesia sufrió un pico inusual de “hotspots” (incendios) durante la temporada de lluvias en febrero y marzo de este año. APRIL se apresuró a echar la culpa a las comunidades locales. Pero focos de incendio eran 3,5 veces más frecuentes en las áreas turbosas deforestadas que sobre las turberas no explotadas por la papelera.

Según la agencia Reuters, el Banco Santander, con sede en España, y ABN Amro en los Países Bajos se encuentran entre las empresas que han prestado recientemente apoyo financiero a este grupo papelero. Ambos bancos presumen de compromiso ambiental, políticas internas de evaluación de proyectos, criterios de sostenibilidad para orientar sus préstamos a empresas del sector forestal. Pero al igual que la empresa APRIL, estas entidades financieras también van de farol.

Greenpeace España se reunió con el Banco de Santander el pasado mes de mayo. No podrán decir que no han sido informados o que desconocen el curriculum ambiental de APRIL. Tampoco podrán decir que necesitan contrastar la información de Greenpeace, ya que les hemos aportado información e informes de diversas ONG locales e internacionales.

Les hemos pedido que dejen de financiar la deforestación y los incendios forestales. Pero los negocios son los negocios y el Banco de Santander prefiere seguir quemando el planeta.

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