Muchos son los factores que influyen en la producción agrícola pero la polinización es vital. Los almendros, por ejemplo, dependen totalmente de la polinización por insectos, siendo este, el primer e indispensable paso para que podamos tener almendras, turrón y tantos otros productos que tienen a este fruto como base.



Los almendros son una de las primeras plantas que florecen aún bajo el frío del invierno. Nos anuncian que la primavera ya está cerca. Representan el despertar de la vida después del letargo invernal y funcionan como un estímulo para los insectos polinizadores, al menos en esta latitud.

Yo tengo uno en mi terraza y confieso que hace un par de años lo admiraba por su belleza, miraba a las abejas y muchos otros polinizadores que acariciaban sus flores, pero no había interiorizado la importancia que tenían estos insectos para que yo cosechara unas veinte o treinta deliciosas almendras. Además, mi almendro es un auténtico restaurante gourmet, para estas abejas, en medio de Madrid. ¡Me encantaría ser capaz de describir en palabras el dulce y amielado olor que desprenden sus flores!

Las plantas y flores que alegran mis vistas sobre los tejados de la ciudad nunca fueron tratadas con un único plaguicida, son abonadas con vermicompost elaborado con los restos de mis verduras ecológicas y abono líquido del vermicompostero. En mi terraza impera la diversidad vegetal y además existe una familia residente de salamanquesas y la visitan algunos pajaritos, incluyendo insectívoros, e incluso alguna mariquita. Juntos mantienen en equilibrio las poblaciones de insectos que podrían poner en peligro las plantas.



Mi almendro ahí está irradiando belleza y atrayendo a los polinizadores de los alrededores. El otro día pude ver abejas de miel, abejorros, otras abejas pequeñitas que no supe identificar, un “colibrí” y moscas. Todos ellos son intermediarios en la fecundación de las flores del almendro, pero después de pasar por el restaurante gourmet visitan mi huerto urbano y siguen trabajando.

Pese a su importancia vemos como las poblaciones de abejas y otros importantes polinizadores como las mariposas (en inglés) están en declive. También son muchos los factores que están provocando este declive, pero las prácticas de la agricultura industrializada tienen un peso muy importante. El uso masivo de plaguicidas, los monocultivos, la falta de diversidad en las fincas… hace que estos insectos y muchos otros seres vivos estén pasando unos malos momentos.

El declive de las abejas y otros polinizadores es solo la punta del iceberg. Son bioindicadores muy importantes y muestran que el modelo de agricultura industrial no funciona, que está al borde del colapso, que tira piedras sobre su propio tejado y que en su hundimiento podría incluso arrastrar a un modelo alternativo, como es la agricultura ecológica.

Pero tu puedes ayudar, tú también puedes sumarte al enjambre. ¡Firma nuestra petición para salvar a las abejas y la agricultura! Firma por una alimentación sostenible para hoy y mañana.

Luís Ferreirim (@LFerreirim), responsable de la campaña de Agricultura y Transgénicos de Greenpeace España


 

¿Qué puedes hacer tú?

- ¡Firma nuestra petición para salvar a las abejas y la agricultura! Firma por una alimentación sostenible para hoy y mañana.

- Ayúdanos a seguir impulsando nuestras campañas a favor de las renovables y contra las prospeccioneshaciéndote Socio/a Greenpeace es una organización independiente que no acepta dinero de gobiernos o de empresas.