Sigue habiendo hambre en el mundo. Hoy, en el Día Mundial de la Alimentación, queremos recordar que el hasta ahora predominante modelo de agricultura, el de la agricultura industrial, no ha sido capaz de dar respuesta a uno de los principales retos de la humanidad, consagrado además como el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible por las Naciones Unidas: Hambre Cero.

Actualmente cerca de 800 millones de personas padecen hambre. Eso es aproximadamente 1 de cada 9 personas en el mundo. ¡El hambre mata cerca de 40.000 personas al día! Pero, lamentablemente, hay otro dato sangrante. El modelo industrial permite a la vez que el 30% de todos los alimentos producidos terminen en la basura.

Además del problema humano, este modelo agroalimentario provoca una importante pérdida de biodiversidad (también de la diversidad alimentaria), contamina el suelo, el agua, nuestros alimentos (con su gran dependencia de los agroquímicos), dinamita el mundo rural y... agrava el cambio climático. Tras casi 20 años, también los transgénicos han incumplido estrepitosamente su promesa de salvar el mundo del hambre y sus productos se destinan mayoritariamente a alimentar el ganado de los países enriquecidos.

En estos países, pero no solo, se está dando otro grave problema que se encuentra en las antípodas del hambre: el crecimiento exponencial del sobrepeso y la obesidad. Por ejemplo, España es el país europeo con mayor prevalencia de la obesidad infantil. Sin duda, este modelo agroalimentario, mire por donde se mire, no funciona y nos está llevando hasta al borde del precipicio.

Por eso desde Greenpeace queremos también celebrar este día recordando que la solución para alimentar al mundo de una forma sostenible pasa por la agricultura ecológica. Por ello hoy presentamos el informe Agricultura Ecológica: los siete principios de un sistema alimentario que se preocupa por la gente. Y lo celebramos también bajo el lema “alimentos ecológicos para todas las personas”, porque consideramos que este tipo de alimentos debe estar al alcance de todas las personas, empezando por las más desfavorecidas y por aquellas que tendrán que tendrán que mantener el planeta vivo después de nosotros: los niños y niñas.

  

Necesitamos una reforma urgente, que se apueste por una solución de futuro, una verdadera revolución verde. Necesitamos que el modelo predominante de agricultura pase a ser aquel que trabaja con la Naturaleza y no en su contra, necesitamos una agricultura que ponga a las personas en el centro y no a las corporaciones, necesitamos que la agricultura ecológica sea el modelo predominante y no la alternativa. No es tan difícil, lo podemos hacer, pero lo necesitamos ya.

En este aspecto España es un buen ejemplo, pues es el país de la UE con mayor superficie agraria dedicada a la agricultura ecológica, lo que demuestra su viabilidad. Sin embargo, existe un amplio margen de crecimiento.

Por ello, ante el actual contexto político de elecciones generales pedimos a los partidos políticos que apuesten decididamente por la agricultura ecológica y se comprometan a que la superficie dedicada a la agricultura ecológica sea el 30% de la superficie agraria total, se haya incrementado un 30% el consumo interno de productos ecológicos locales, se haya reducido un 30% el uso de plaguicidas químicos de síntesis y se hayan eliminado los cultivos transgénicos de nuestros campos. Y esto hasta final de la próxima legislatura. Con voluntad política está chupado.

Tú también puedes aportar tu granito de arena para que este objetivo se haga realidad más rápido. Transforma pacíficamente tu carrito de la compra en un carro de combate y incrementa el consumo de productos ecológicos. Con ello también estás votando, votando por un modelo agroalimentario distinto, que funciona y el único que nos puede proveer de alimentos hoy y en el futuro sin dañar el planeta ni nuestra salud y que permite un mundo rural digno y vivo, en particular para esas personas que nos dan de comer cada día y que frecuentemente olvidamos: los agricultores y agricultoras.