La playa es de todos y así fue durante mucho tiempo en la tristemente famosa playa del Algarrobico. Hasta que hace más de 10 años Azata del Sol S.L. comenzó las obras del mastodóntico hotel, invadiendo el dominio público marítimo-terrestre y terrenos del Parque Natural de Cabo de Gata. Desde ese momento se han sumado decenas de sentencias judiciales, desidia política, intereses privados y muchas reivindicaciones de los colectivos ecologistas y la sociedad almeriense en general.
Todos tenemos en la cabeza las últimas dos sentencias judiciales del TSJA, en las que se ha declarado legal la licencia de obras y urbanizable el suelo sobre el que se encuentra el hotel. Estas dos sentencias contradicen los 20 pronunciamientos judiciales previos, a favor de la ilegalidad del hotel. Un cambio de rumbo que solo aporta inseguridad jurídica anteponiendo los intereses urbanísticos a la protección del medio ambiente.
Sin embargo, hoy nos encontramos con una buena noticia que arroja algo de sentido común a larga y engorrosa historia del Algarrobico. La Junta de Andalucía ha ejercido el derecho de retracto (derecho de adquisición preferente) y ha comprado los terrenos del Algarrobico. Por lo que ahora mismo el hotel se encuentra sobre terrenos públicos.
Desde Greenpeace es algo que hemos demandado en numerosas ocasiones. De hecho fue nuestra principal demanda hace unos meses cuando 100 activistas de Greenpeace pintaron un punto negro de 8.000 m2 en la fachada del hotel.
Ha llegado el momento de acabar con 25 años de ilegalidades. De entender que estas macroedificaciones son “espanta-turistas”, que el futuro económico de nuestras costas pasa por su conservación. De que la Junta de Andalucía y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente afronten el desmantelamiento del hotel del Algarrobico sin demora.
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