Llegan buenas noticias para el medio ambiente y el consumo energético, ya que a partir de hoy 1 de septiembre dejarán de comercializarse gran parte de los focos halógenos que se usan en los comercios y empresas, aunque la medida no llegará a nuestros hogares hasta 2018.



Las lámparas halógenas pasaron a ser una variante de las lámparas incandescentes, pero todavía esta tecnología consume hasta 4 veces más que los LEDs. Los focos LEDs, además de no contener mercurio ni otros metales pesados y tener una mayor durabilidad, son mucho más eficientes, por lo que nos permiten ahorrar en nuestra factura de la luz además de producir menos emisiones de CO2.

Y esto no es algo que debamos pasar por alto porque, como estimamos en nuestros informes sobre Revolución Energética, el uso responsable de instalaciones con iluminación eficiente podría hacer innecesarias hasta 85 centrales térmicas de carbón a escala mundial, lo que supondría una reducción anual de más de 500 millones de toneladas de emisiones de CO2.

Es sin duda una buena noticia que dejen de comercializarse estos focos halógenos menos eficientes en comercios y empresas, pero es una pena que retrasemos esta normativa para los hogares hasta 2018, pues nos condena a consumir más y aumentar nuestra huella ecológica, mientras que las alternativas LED ¡ya las tenemos en los escaparates!

No podemos permitirnos perder ni un minuto más para frenar el cambio climático y debemos actuar desde todos los frentes posibles. Si queremos evitar que las temperaturas globales no aumenten más de 1,5ºC, es necesaria una reducción de energía que acompañe un sistema 100% renovable, eficiente e inteligente para antes de 2050.

Como explicábamos en el capítulo de edificación de nuestro informe E3.0, la iluminación de los espacios interiores de los edificios constituye un elemento importante de la demanda de energía de este sector. Afortunadamente todavía disponemos de un importante margen de mejora de las eficacias luminosas de las lámparas y de los rendimientos de las luminarias empleadas, a lo que se debe unir la introducción de la iluminación natural y la reducción de nuestro consumo.