Si no tenía suficiente con ser uno de los mayores responsables de la deforestación en Indonesia y de estar en el punto de mira del movimiento ecologista internacional, al grupo Sinar Mas ayer le amargaron la noche.

Los periodistas no han parado de llamar en las últimas horas a los responsables de Smart, una de las empresas subsidarias de Sinar Mas, el mayor grupo productor de aceite de palma de Indonesia. ¿La razón? Ayer, la página web del la Mesa redonda para la producción sostenible de aceite de palma (más conocida por las siglas RSPO) colgó por error y durante 30 minutos las cartas que el RSPO ha enviado a las tres empresas productoras de aceite de palma pertenecientes al grupo Sinar Mas. En dichas cartas el RSPO, con un lenguaje duro,  da por ciertas las acusaciones contra Sinar Mas que Greenpeace ha expuesto en sus últimos informes y conmina a esta empresa a tomar acciones correctivas urgentes bajo la amenaza de expulsión.

Las cartas fueron retiradas a la media hora y en su lugar el RSPO dejó una declaración, digamos, “políticamente correcta”. Pero el daño ya estaba hecho. El RSPO ha confirmado que son ciertas las acusaciones de Greenpeace: las empresas subsidiarias de Sinar Mas han talado bosques de turbera incumpliendo la ley; han operado sin la obligatoria autorización ambiental en 8 de las 11 concesiones auditadas; han violado las reglas del RSPO para los bosques de alto valor para la conservación en 10 de las 11 áreas auditadas.

En las cartas publicadas el RSPO demanda a la empresa Golden Agri Resources (GAR) que deje de declarar que está en proceso de obtención del certificado del RSPO lo cual no es cierto. Dicha empresa no es ni siquiera miembro del RSPO.

Como decimos en Castilla, Sinar Mas se ha quedado con el culo al aire. Y yo me pregunto cómo algunas editoriales españolas o algunas administraciones públicas no se habrán enterado de que son clientes de estos sinvergüenzas....

Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace