Llegan las Navidades, una época de celebraciones y encuentros, de comilonas, compras y villancicos. Pero junto al mazapán y los turrones vienen también los excesos, y no solo para nuestros bolsillos y estómagos, también para el planeta.

Disfruta de unas fiestas más sostenibles. Ilustración de Miguel Gallardo

Siguiendo unas sencillas recomendaciones se puede conseguir que estas fechas sean más sostenibles. No hace falta renunciar a las celebraciones, simplemente hacerlo con un poco de conciencia. Con unos simples consejos podemos conseguir que las Navidades, ya que no están siendo precisamente blancas, sean al menos un poco más verdes.

Árboles

Son uno de los mayores símbolos navideños, pero luego no sabemos qué hacer con ellos y cada año más de un millón terminan en la basura. Para evitarlo es recomendable utilizar plantas interiores, adornar los árboles ya existentes en el jardín o utilizar especies mediterráneas que luego se pueden replantar. O incluso mejor: usar árboles artificiales hechos de material reciclado. También existen centros donde podemos llevar nuestros árboles y ellos se encargan de reubicar. Son muchas las opciones antes que dejarlo en un contenedor.

Adornos

No es necesario comprarlos todos los años. Si reutilizamos, ahorra el bolsillo y el planeta. Cuanto menos plástico, en general, mejor. Es conveniente evitar a toda costa los sprays de nieve, contribuyen al cambio climático y no se pueden reciclar. Y para no poner en peligro el musgo y el acebo, que se recoge en exceso con motivo de estas celebraciones, mejor no incluirlos en los belenes.

Comida

Para que no se nos atraganten las copiosas comidas navideñas, conviene tener en cuenta que una buena parte de lo que se compra en esta época termina por desecharse. Es importante no comprar más de lo que se va a consumir, priorizar los productos locales, de temporada y ecológicos, evitar los transgénicos y precocinados. Mención especial merecen los “clásicos” langostinos, los provenientes de la pesca vienen acompañados de la destrucción de otras especies que se tiran por la borda y los de acuicultura de la destrucción de los bosques de manglar (y sus graves consecuencias sociales). Los menos dañinos son aquellos que son frescos y provenientes de zonas frías y templadas.

Luces

Las luces navideñas iluminan estas fechas, pero además de decorar, también producen CO2 por lo que es importante racionalizar su uso y reducirlo al mínimo posible. Es fundamental que sean eficientes (LED), elegir muy bien los momentos de encenderlas y siempre apagarlas al irnos a dormir. Además, cada vez existen más variedad de luces solares, una alternativa decorativa mucho más ecológica.

Regalos

Cada vez existen más alternativas de que los que hacemos sean ecológicos, de comercio justo o de alguna ONG. Regalar cultura (entradas, experiencias, un buen libro), descanso o aventura es también una apuesta segura y muy recomendable (también para el planeta). Para los más pequeños, mejor juguetes educativos que fomenten la creatividad y el juego en equipo, no bélicos ni sexistas. Mejor si no funcionan a pilas y si lo hacen, que sean recargables.

Envases

Además, no hay que olvidarse de seguir los consejos básicos sobre reciclado, aplicables todo el año pero que en esta época cobran aún más sentido puesto que se duplica la basura, como evitar los productos de “usar y tirar”, reducir los envases y que sean reutilizables y/o reciclables y sustituir la bolsa de plástico por las de tela (o carros y cestas).

Transporte

Asimismo, el uso del transporte público (siempre recomendable) se vuelve imprescindible para huir de los atascos y las interminables y desesperantes búsquedas de aparcamiento en esta época tan concurrida.

Y recuerda, estas fiestas son un momento para disfrutar y compartir. Y es posible hacerlo minimizando las consecuencias sociales y medioambientales. Es fácil, existen alternativas y opciones, solo necesitamos entender que proteger el planeta puede ser, también, un regalo de Navidad.