2015 ha sido un año interesante. Cuba y EEUU han reabierto relaciones diplomáticas. Se ha confirmado que hay agua en Marte. Y Marti McFly vino desde 1988 a “visitarnos”. Pero también ha sido el año más cálido desde que existen registros, según la Agencia Metereológica del Reino Unido (Met Office) y la Universidad de East Anglia. Se constata ya que la media global en 2015 no solo es la más alta registrada desde la era preindustrial, sino que alcanza además el simbólico -y peligroso- umbral del grado centígrado de incremento de temperatura.

Mapa de temperatura global- (C) Met Office
Mapa de anomalías en temperatura. (C) Met Office

El dato se conoce una vez terminada la Cumbre Climática de París, en la que 195 países se comprometieron a evitar que el incremento de temperatura supere el grado y medio, límite a partir del cual se activarían distintos procesos de realimentación positiva que ocasionarían que frenar el desarrollo del cambio climático dejara de estar en las manos del ser humano; dando lugar a una de las mayores transformaciones biofísicas de la historia de la Tierra.

Haber superado el grado de temperatura implica adentrarnos en el incierto terreno de las probabilidades estadísticas que utilizan los científicos para evaluar el riesgo de que los distintos fenómenos producidos por el calentamiento global vayan teniendo lugar. De ahora en adelante el ser humano y la vida en el planeta estamos en riesgo, y este será mayor a medida que nos aproximemos al 1,5 ºC.

Teniendo en cuenta que el incremento de temperatura actual procede de los gases de efecto invernadero emitidos años atrás, tenemos que asumir que el calentamiento global va a continuar acentuándose en los próximos años, recrudeciendo fenómenos metereológicos extremos, como El Niño y aumentando el nivel del mar, la acidificación de los océanos, la duración y persistencia de las sequías, las inundaciones, y la cantidad y extensión de los incendios.

Sin embargo, todavía estamos a tiempo de evitar alcanzar el 1,5 ºC. Para ello resulta crucial reducir drásticamente nuestro consumo y explotación de energías fósiles, la principal causa de emisiones directas de gases de efecto invernadero. Asimismo, es indispensable frenar la deforestación, el deterioro y el estrés generado sobre nuestros ecosistemas.

Lograrlo solo es posible mediante un decidido impulso -político, institucional, social y financiero- hacia un modelo energético 100% renovable, no más allá de 2050, que deje el 80% de las reservas fósiles conocidas y probadas sin explotar. Una transición energética que se encontrará, y ya lo está haciendo, con una fuerte oposición de las petroleras, mineras, grandes energéticas y de todas aquellas multinacionales con intereses en las energías sucias.

Vencer esta resistencia, y conseguir que los líderes políticos pongan la balanza del lado de las renovables solo es posible mediante una fuerte y amplia movilización social, a la que Greenpeace pretende contribuir de manera activa; así como desde la acción colectiva en todos nuestros ámbitos de actuación. Porque, aunque haya agua en Marte, estamos mejor en la Tierra. Protejámosla.

Primera imagen tomada de la Tierra, 1968, en la misión Apollo 8. (C) Gobierno de EEUU

 

Qué puedes hacer tú

  • Firma por un modelo energético 100% renovable
  • Hazte socio/a de Greenpeace para ayudarnos a trabajar por las renovables.