a) PARA TAREAS COMUNES
(Escuchar música, ver películas, grabar discos, usar un procesador de texto, navegar por internet...)
Estás de suerte: seguramente tu viejo ordenador te siga sirviendo.
Si va lento al iniciarse o al cargar un programa, es más probable que se deba a que está saturado de programas y otros archivos innecesarios que a su edad. Prueba a desinstalar las aplicaciones que ya no uses y a borrar archivos, y luego engrásalo con algún programa de puesta a punto, como WinOptimizer.
Si aún así parece que tu ordenador sigue yendo mal, puedes probar a aumentar alguna de sus prestaciones, como la memoria RAM o el disco duro. Esto ya tal vez no lo puedas hacer solo, pero puedes invitar a merendar a algún amigo que controle de informática y de paso pedirle que le eche un ojo a tu ordenador.
Si tras realizar esas comprobaciones crees que no te sirve para esas tareas, probablemente tampoco le sirva a nadie más. Donar está bien, ¡pero no basura! Así que ya solo queda un destino posible: un punto limpio.