ELECTRODOMÉSTICOS: ¿MEJOR NUEVOS O VIEJOS?
Un frigorífico fabricado en 1993 consume el doble de electricidad que un modelo de alta calidad moderno. Así que, aunque parezca mentira,
compensa reemplazarlo: ahorrarás en la factura eléctrica y reducirás 100 kilos de emisiones de CO2.
En general, esto ocurre con todos los aparatos que tienen un intenso consumo de energía, como los lavavajillas o las lavadoras.
Hirviendo solo el agua necesaria a la hora de cocinar ahorraríamos energía a raudales, y además tendríamos la comida lista antes.
Pero hay muchas más maneras para minimizar tu consumo energético, y ahorrar dinero a la vez: tapar la cacerola, usar la olla a presión, no precalentar el horno, o comprar sólo los electrodomésticos más eficientes (categoría A+++).
Por cierto, la cocina casera es más eficiente en cuanto a emisiones de CO2 que los platos de comida rápida y los congelados.