Además de donarlos a una biblioteca, también hay otras maneras de reciclarlos.
Puedes regalarlos a amigos a los que les puedan interesar.
Puedes donarlos a alguna asociación que se los distribuya entre áreas desfavorecidas. Por ejemplo: Interlibros y Solidarios para el Desarrollo.
Puedes venderlos o cambiarlos en una librería de segunda mano.
Puedes juntarlos a otras cosas que no necesites y hacer un fantástico mercadillo en tu casa una mañana de domingo cualquiera. (Acuérdate de comprar un poco de picoteo.)
Puedes dejarlos en un banco del parque para que corra sus aventuras. En ese caso, regístralo en Book Crossing para seguir su paradero.
Seguramente haya más opciones para deshacerte de ellos. Elige la que quieras pero, sobre todo, ¡no los tires a la basura! No hay nada culturalmente más atroz que ver a unos cuantos libros jóvenes tirados por la calle de cualquier manera.