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Deficiencias de diseño en Zorita y errores humanos en Trillo caracterizan su mal funcionamiento en 2004

Comunicado de prensa - enero 28, 2005
En el 2004, se encontraron nuevos e importantes defectos de diseño en la central nuclear de Zorita, que volvieron a evidenciar su falta de seguridad. Esta obsoleta instalación atómica tuvo nuevamente que solicitar exenciones al cumplimiento de su propia normativa de seguridad y proponer nuevas modificaciones de diseño para que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), dentro de su política de manga ancha con respecto a esta central, pudiera seguir consintiendo que Zorita permaneciera conectada a la red eléctrica un poco más. Por otro lado, los 5 sucesos notificables ocurridos en 2004 en la central nuclear de Trillo, que forzaron dos paradas no previstas del reactor, demostrando una vez más la alta tasa de errores humanos en la operación de esa central.

Greenpeace realiza una proyección nocturna en Zorita para exigir el cierre inmediato y definitivo de la central nuclear

Zorita

La central nuclear de Zorita inició su funcionamiento en el 2004, tras la parada de recarga de combustible de diciembre de 2003, gracias a la permisividad del CSN que autorizó su puesta en marcha a pesar de descubrir, durante la citada parada, una serie de importantes fallos en la central, entre los que destaca el funcionamiento deficiente del Sistema de Inyección de Seguridad de la central. Este es el sistema de refrigeración de emergencia del núcleo del reactor y en esta parada se descubrió que su caudal era al menos un 10% inferior de lo requerido por la normativa de seguridad, lo que significa que sería incapaz de evitar determinados accidentes graves por pérdida de refrigerante. Esta situación anómala se había venido manteniendo desde muchos años atrás, sin que Unión Fenosa, propietaria de la central, o el CSN se hubieran percatado de ello.

Para autorizar su puesta en marcha a pesar de este grave problema, que no se solucionó, el CSN concedió a Unión Fenosa en enero de 2004 una exención al cumplimiento de las normas de funcionamiento de la central mientras ésta preparaba una modificación de diseño que permitiera, nuevamente, adaptar los requerimientos técnicos de la central a su penosa situación real.

Como consecuencia de los trabajos derivados del proceso de revisión de las bases de diseño de Zorita, en junio de 2004 se descubrió otra importante deficiencia en la central. En este caso se trató de un defecto de diseño de la turbobomba de agua de alimentación auxiliar. Esta turbobomba tiene la importante función de suministrar agua al único generador de vapor que tiene la central para refrigerar el núcleo del reactor en caso de que éste perdiese de forma total, durante más de 4 horas, el suministro eléctrico que necesita para su funcionamiento. Esa función de la turbobomba se hace mediante un dispositivo que necesita suministro eléctrico en corriente continua, a través de una batería, suministro que resultó ser inexistente. De modo que se tenía que recurrir a un arranque manual en un tiempo máximo de 45 minutos. Para resolver esta lamentable situación, el titular ha propuesto al CSN, como ya es habitual, otra nueva modificación de diseño.

El 29 de julio, Zorita tuvo que notificar otro suceso al encontrarse una deficiencia más. El CSN ha calificado este suceso de Nivel 1 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares. El fallo consistía en un error de calibración de los trasmisores del nivel del único generador de vapor de la planta, lo que llevaba a malinterpretar las mediciones. Este hecho supuso una nueva violación de las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento (ETF) de la central.

Llama también la atención la reiteración de incidentes por fallos en la línea eléctrica de Bolarque, que aporta suministro eléctrico exterior a la central. A pesar de que es habitual que esta línea falle, por lo que ha sido motivo de sucesos notificables en el pasado, ni el CSN ni Unión Fenosa han solucionado ese problema satisfactoriamente. El fallo de la línea de Bolarque provocó un suceso notificable el 5 de marzo de 2004, y ha vuelto a repetirse recientemente el 2 de enero de 2005.

Todos estos fallos y deficiencias refuerzan la necesidad de anticipar el cierre definitivo de esta peligrosa instalación nuclear, fijado oficialmente para el 30 de abril de 2006.

Trillo

La central nuclear de Trillo tuvo que notificar al CSN 5 sucesos, dos de los cuales ocasionaron la parada del reactor, una de forma automática y otra manual.

Una serie de errores humanos en la realización de diversas pruebas o en el montaje de dispositivos, así como la combinación de errores humanos y fallos técnicos (como en el suceso del 28 de junio) han sido la causa de los sucesos notificables ocurridos en Trillo en el 2004. Estos hechos, confirman una vez más la alta tasa de errores humanos en la operación de esta central y de sus frecuentes desviaciones con respecto al funcionamiento esperado.

El suceso más grave tuvo lugar el pasado 6 de junio, cuando se produjo un problema de inserción de tres barras de control del reactor. Éstas tienen la importante función de parar la reacción nuclear que tiene lugar en el núcleo de uranio que encierra la vasija del reactor. Por ello, cualquier suceso que afecte al correcto funcionamiento de las barras de control tiene gran trascendencia para la seguridad. En el suceso referido, se produjo la inyección de agua borada, que sirve para limitar el flujo de neutrones que provocan las reacciones de fisión nuclear. Afortunadamente, en esta ocasión, el suceso ocurrió en el proceso de rearranque de la central tras la parada de recarga, con lo cual ésta no estaba funcionando a plena potencia.

El suceso ocurrido el 28 de junio es una muestra de lo fácil que es que se concatenen errores humanos y mecánicos en una central nuclear. En este incidente un error humano provocó la parada de la única bomba de refrigeración del alternador operativa en esos momentos, lo que provocó la parada de la turbina. Poco después se pararon de forma inesperada las dos bombas del depósito de agua de alimentación, debido al funcionamiento incorrecto de una válvula, lo que ocasionó definitivamente la parada automática del reactor, sin consecuencias en este caso.

Los numerosos fallos técnicos y humanos en las centrales nucleares españolas, de los que Zorita y Trillo son claros exponentes, demuestran la peligrosidad intrínseca de esta tecnología, que somete a los ciudadanos a una situación de riesgo inaceptable.

Ante esta situación, Greenpeace reclama nuevamente al Gobierno de Zapatero que cumpla sin demora su compromiso electoral y de gobierno de poner en marcha un plan de cierre progresivo de las centrales nucleares. "El abandono de la energía nuclear es un requisito indispensable para poder avanzar de forma inequívoca hacia un sistema energético sostenible basado en la eficiencia y las energías renovables, y donde una energía peligrosa y contaminante como la nuclear no tiene cabida" -ha declarado Carlos Bravo, responsable de la campaña de energía nuclear de Greenpeace.

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