En 2008, Greenpeace suspendió a los supermercados presentes en España por la falta de políticas de compra sostenibles de pescado y por la venta de especies en peligro o capturadas y producidas con métodos pesqueros o acuicultura insostenibles. En el segundo ranking, en junio de 2009, Greenpeace volvió a suspender a todos los supermercados, aunque ya empezaban a haber cambios y mostró a los consumidores qué grandes supermercados habían mejorado en sus prácticas y cuáles continuaban teniendo una mala política de compra.

Este año 2010, en respuesta al creciente número de consumidores y consumidoras preocupados por el origen sostenible de los productos que compran, hay varios distribuidores con procesos de implementación de un política sostenible de adquisición de productos pesqueros.

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Lidl, en primer lugar, y Carrefour, en segundo lugar, son los primeros supermercados en pasar a naranja. Ambos cuentan con una política de compra de productos pesqueros, han comenzado con la retirada de especies en peligro o capturadas con métodos destructivos y muestran gran preocupación por la trazabilidad completa desde el barco a los mostradores de venta de los productos de origen pesquero. Aún así, queda mucho espacio para la mejora y para que puedan pasar a verde.

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Tanto Alcampo, como Eroski y Mercadona han mejorado su puntuación respecto al ranking de 2009. En octubre de 2009, Alcampo hizo pública su decisión de avanzar hacia la conservación de los océanos al retirar de sus mostradores varias especies de tiburones en peligro de extinción, la platija, y las especies de gallinetas. Alcampo, junto a los grupos Eroski y Mercadona continuan en rojo, aunque han habido progresos en sus políticas de adquisición.

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La puntuación del grupo El Corte Inglés ha descendido con respecto a la obtenida en 2009 y ocupa este año el último lugar del ranking de Greenpeace. A pesar de mantener un diálogo con la organización, no han mostrado ningún avance con respecto a las dos ediciones anteriores, no hay un compromiso de retirada de especies en peligro que formen parte de su oferta y no muestran responsabilidad en garantizar la trazabilidad total de los productos pesqueros que ofrecen.

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Por lo tanto, juegan un papel esencial a la hora de abrir camino hacia una explotación más sostenible de los mares y océanos. A la vez que aumenta la conciencia ambiental y el conocimiento de los impactos de nuestro consumo sobre los recursos naturales, los consumidores demandan más información y mayores opciones para poder elegir y realizar una compra más sostenible y responsable. Los supermercados pueden, a través de sus políticas de abastecimiento y de venta, por un lado elegir proveedores que sigan criterios de sostenibilidad y/o demandar esos criterios a quienes no los garanticen y por otro lado, pueden ofrecer al consumidor información detallada sobre el producto pesquero a la venta así como informar de la retirada de especies y el porqué de dicha política. En resumen, pueden “retirar lo peor”, “apoyar lo mejor” y “mejorar el resto”.

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Los supermercados son clasificados según el porcentaje de cumplimiento de estos criterios, desarrollados a partir de las recomendaciones de Greenpeace para una pesca y acuicultura sostenible y para la comercialización de productos pesqueros. A su vez, las recomendaciones de la organización ecologista, públicas en su página web, siguen el Código de Conducta de la FAO para la Pesca Responsable, que acordaron implementar los gobiernos de todo el mundo en el año 2002, con el fin de recuperar en 2015 las poblaciones de peces a nivel global.

Para la clasificación son tenidos en cuenta los aspectos de la política de compra ya implementados y la documentación facilitada en respuesta a la demanda de información por parte de Greenpeace.

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