O Globo, principal canal de televisión de Brasil, ha publicado un reportaje donde pone en evidencia el fraude en el sistema de control de la madera del Brasil, un problema que ha sido objeto de denuncia por parte de Greenpeace en los últimos meses y del que los actuales responsables de la Dirección General de Desarrollo Rural y Política Forestal del MAGRAMA no parecen estar preocupados.

La selva amazónica se sigue viendo amenazada por la explotación ilegal de la madera

El reportaje muestra el procedimiento fraudulento detectado por el Ibama (Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables) en el sistema de control de la extracción y comercio de madera en el Estado de Pará, responsable de causar la tala ilegal de más de 60 mil hectáreas de selva - un área deforestada equivalente a la mitad de la ciudad de Belém (Pará).

El reportaje señala la implicación en el fraude de 11 empresas forestales. El trabajo periodístico revela también aspectos de la investigación llevada a cabo por Greenpeace durante dos años en el estado de Pará, que denunció que el sistema de control de la industria maderera no sólo es un caos, sino que está directamente vinculado a la degradación de los bosques y la deforestación.

En nuestro informe "Amazonia, una crisis silenciosa" Greenpeace denuncia que la ilegalidad es la norma en el sector forestal, hecho constatado en el boletín del IMAZON sobre Transparencia en la Gestión Forestal. Este informe muestra que, entre 2011 y 2012, alrededor del 78% de la madera explotada en el estado de Pará (el mayor productor) se produjo de forma irregular. En Mato Grosso, el segundo productor mundial, la tasa fue de 54%.

Con demasiada frecuencia, el sistema de control oficial se utiliza para blanquear madera procedente del expolio de la selva, realizada por prácticas ilegales y depredadoras. Esta madera más tarde será vendida en el mercado interno brasileño, pero también en el mercado internacional, donde España tiene un rol fundamental como país consumidor de madera tropical brasileña.

Greenpeace está pidiendo una reforma urgente y profunda de los sistemas de control de la actividad forestal en Brasil. En España, Greenpeace ha pedido reiteradamente a los responsables del MAGRAMA la implementación del Reglamento de Madera (EUTR por sus siglas en inglés) que debería evitar la entrada de madera ilegal en nuestro mercado. Para ello, desde el Gobierno se deberían realizar inspecciones a las empresas importadoras españolas vinculadas con las ilegalidades en Brasil. Pero el MAGRAMA no considera una prioridad este asunto.

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