Hay días que los tópicos se rompen, y el pasado domingo fue uno de ellos. Más de 30 jóvenes de Greenpeace tomaron la iniciativa y montaron su propia casa educativa en el centro de Madrid, frente al museo Reina Sofía. Los voluntari@s de la Red de Jóvenes dinamizaron la actividad donde más de 100 visitantes pudieron reflexionar sobre la relación entre la deforestación y el cambio climático, en rutas guiadas por el interior de la casa.

Jóvenes en Acción /Eva SaldañaLos jóvenes, que vinieron de toda España en el II Encuentro de la Red de Jóvenes, prepararon la actividad durante todo el fin de semana, trabajando al detalle la animación, montaje, formación y evaluación. El sábado se realizó una ginkana en donde pudieron comprobar la falta de información de los comercios con respecto a la procedencia, composición y características de los productos con origen en los bosques primarios. A primera hora de la mañana del domingo comenzó el montaje de la casa.

A partir de ahí los jóvenes se repartieron en las tareas que ellos mismos habían definido: mientras unos informaban a los transeúntes de la actividad, otros les recibían en la casa, invitándoles a quitarse los zapatos y entrar. Las visitas, de unos 15 minutos de media, mostraban las implicaciones de nuestras compras en los bosques primarios. La mayoría de los visitantes salían muy contentos y francamente impactados al descubrir las relaciones directas entre la deforestación a gran escala y la compra de productos tan conocidos como Kitkat, Pringles, Philadelphia, etc. Aunque el exceso de calor supuso una dura prueba para los jóvenes, estos acabaron contentos por haber trasmitido el peligro de la soja, la madera ilegal, el papel de fibra virgen, y el aceite de palma.

Por si esto fuera poco, los jóvenes incluso trabajaron de forma conjunta con el Grupo Local de Voluntariado de Greenpeace, dándoles apoyo con la recogida de firmas. Entre ambos grupos se establecieron muchas sinergias y gracias a ello pudieron recoger más de 500 firmas en favor de una ley europea que evite la entrada de madera ilegal.

El II Encuentro de la Red de Jóvenes también tuvo su lado divertido y anecdótico. Los jóvenes no dejaron de sorprendernos con sus trucos de magia, guitarras y malabares.

Domingo a última hora. Los jóvenes vuelven a sus casas, cansados pero dispuestos a repetir, ya sea en un nuevo encuentro con el resto de compañeros, o en sus propios institutos y universidades buscando los cambios locales que multipliquen las oportunidades de mejorar el medio ambiente y la paz. La Red de Jóvenes acaba de nacer, y queda mucho por hacer y mucho por mejorar, pero sin duda la ilusión, las ganas y las iniciativas de los jóvenes van a cambiar muchas cosas.

Christine Bezic  (participante Red de Jóvenes) y Sergio Tena (Educación Ambiental y Voluntariado) de Greenpeace


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